A mediados de noviembre, el Ayuntamiento de Enguera notificó a decenas de propietarios de 14 calles de la localidad la orden de retirar de las fachadas de sus viviendas alrededor de 40 placas de exaltación de la Guerra Civil y la dictadura franquista, inventariadas en un catálogo elaborado por el arqueólogo municipal en cumplimiento de Ley de Memoria Histórica y la Ley de Memoria democrática de la Comunitat Valenciana.
Las planchas del Instituto Nacional de la Vivienda con el yugo y las flechas conforman la mayor parte de los vestigios a eliminar. En la relación inicial de la simbología, sin embargo, también se incluyeron un panel cerámico y un retrato al óleo del teniente coronel Ramón Aparicio Marín (que inició su carrera militar en compañía de Franco), así como una placa de mármol con la inscripción «Viva Cristo Rey» colocada en la vivienda de la calle Moreras donde nació el cura-arcipreste José Manuel Aparicio Sanz, fusilado en Paterna en 1936 y beatificado en 2001. En la lámina de recuerdo al religioso, se lee lo siguiente: «Ofreció generosamente su vida por dios y por su pueblo y fue fusilado en el picadero de Paterna al grito fervoroso de Viva Cristo Rey».
La notificación municipal dio un plazo de 10 días a los interesados para presentar alegaciones a la propuesta de supresión de símbolos. Ante las discrepancias surgidas respecto a este último elemento, el consistorio decidió consultar a la conselleria sobre la conveniencia de retirarlo. Desde la Dirección General de Reformas Democráticas y Acceso a la Justicia respondieron que el mármol «no se considera un elemento conmemorativo contrario a la memoria democrática», de acuerdo a las leyes existentes «por las que se reconocen y amplían derechos y establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura».
Ante el debate que se había generado, el Ayuntamiento de Enguera ha emitido un comunicado esta semana para aclarar que ha rectificado el catálogo de vestigios franquistas para excluir del mismo la inscripción de homenaje al arcipreste Aparicio. El consistorio ha considerado finalmente que, «al recordar la placa el fusilamiento del sacerdote y al no contener simbología, referencia o exaltación al régimen político instaurado por el general Franco, se entiende que existe un fallo en la notificación, el cual ha sido subsanado». El comunicado municipal termina pidiendo «disculpas por las molestias ocasionadas».
Multas de más de 10.000 euros
La orden de ejecución remitida a las casas emplazó a los propietarios de las viviendas con simbología franquista a autorizar a la brigada municipal de obras su retirada sin cargo económico alguno. Otra opción es que los propios afectados descuelguen y entreguen las placas en dependencias municipales «para su exhibición» en eventuales exposiciones. Las planchas del Instituto de la Vivienda son sustituidas por otras nuevas como las colocadas en Xàtiva, en las que se lee: «Esta vivienda fue construida sujeta a protección pública según las leyes de los ministerios correspondientes».
Las notificaciones hacen hincapié en que el incumplimiento de la orden de retirada de «elementos contrarios a la memoria democrática» supone «una infracción muy grave que lleva aparejada una sanción de 10.000 a 150.000 euros».
