La Costera, la Canal de Navarrés y la Vall d’Albaida desentonan en la senda de crecimiento demográfico que ha registrado la Comunitat Valenciana —tras cinco años de pérdidas— y pierden población. Las tres comarcas descienden, en conjunto, en 653 habitantes (-0,37 %) y bajan de los 175.000 residentes en 2017, según la última revisión del padrón, publicada anteayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A 1 de enero de 2018, la Costera, la Canal de Navarrés y la Vall d’Albaida contaban con 174.655 habitantes, dejando atrás los 175.308 censados el primer día de 2017.

La Canal es la más damnificada, con todos sus municipios en retroceso demográfico —un descenso que lideran Enguera (-126) y Navarrés (-56)—, y la población cae en la comarca un 1,6 % y 258 vecinos menos. La Vall no se aleja en la cifra en cuanto a pérdida de población (-257), aunque porcentualmente el descenso es del 0,3 %. La Costera, con -0,2 %, baja en 138 vecinos. Entre las capitales, la única que resiste es Ontinyent, que gana 53 almas (35.395), mientras que Xàtiva rebaja su censo en 25 personas (29.045 habitantes) y Enguera baja a los 4.800. En la Canal son reseñables los 44 residentes que pierde Chella (2.469), y los 15 menos empadronados en Bolbaite (1.247). Anna pierde 1 (2.638), Bicorp 2 (se queda en 524), Millares tiene 3 vecinos menos (346), Quesa 11 menos (662) y Navarrés se queda en 2.975.

En la Costera, de los 19 municipios que conforman la comarca, 9 refuerzan su población. Destaca el incremento de l’Alcúdia de Crespins, que lidera el aumento demográfico con un aumento del 1,6 %. El municipio de la Costera es el que más crece de las tres comarcas, con 80 vecinos más que le elevan el censo a 1 de enero de 2018 a los 5.188 residentes. Barxeta suma 27 nuevos residentes y sobrepasa los 1.600 (1.604), mientras que el Genovés agrega 13 vecinos más y alcanza los 2.828 habitantes. También incrementan su población en la comarca Estubeny, que llega a los 122 residentes tras subir en tres más; Llanera de Ranes, que con siete más cuenta con 1.049; Torrella, que suma tres vecinos más para alcanzar los 148; y Vallés, que sube a 157 habitantes tras incorporar cuatro nuevos residentes. Rotglà i Corberà y Llocnou d’en Fenollet crecen con seis vecinos nuevos cada municipio, llegando a los 1.114 y 893 habitantes, respectivamente.

Vallada encabeza el ranking de municipios de la Costera que menguan población, y la localidad perdió 57 vecinos a lo largo de 2017, iniciando el 2018 con 3.036 habitantes. Moixent redujo su censo en 53 vecinos, quedándose con 4.318 y Canals bajó de los 13.600 habitantes tras perder 43. Los 29 vecinos que perdió la Font de la Figuera dejan a este municipio con 2.038 almas; mientras que Montesa se queda con 1.180 tras perder 24. Novetlè dejó marchar 20 residentes y tiene 838 vecinos y la Granja de la Costera es el pueblo de la comarca que porcentualmente más retrocede demográficamente, con un descenso del 4,8 % y 15 habitantes menos que dejan a la localidad por debajo de los 300 habitantes (297). También pierden población la Llosa de Ranes (-14, que dejan al pueblo en 3.585 habitantes); y Cerdà (-7 y 334 habitantes). La capital, Xàtiva, también perdió población.

Ontinyent, por su parte, es el «oasis» poblacional entre las capitales de las tres comarcas, y en la Vall domina el crecimiento entre los municipios. En la comarca le sigue en el desarrollo Benigànim, que refuerza su censo con 49 vecinos más y bordea los 5.900 (5.899), mientras que Agullent crece con 26 habitantes más (2.413). También incrementan la población el Ràfol de Salem, con 15 vecinos (440), Atzeneta d’Albaida (+7 y 1.162 habitantes); Alfarrasí (+6, 1.1262); Beniatjar (+5, 224); Llutxent (+6, 2.373); y Rugat (+4, 162).

En el lado contrario y liderando el descenso demográfico en la Vall d’Albaida está Aielo de Malferit, que el 1 de enero de 2018 tenía 60 vecinos menos que un año antes, cayendo a los 4.646 habitantes. Bocairent perdió 57 y se quedó en 4.214 vecinos, mientras que la Pobla del Duc decreció con 52 residentes menos que dejan la localidad en 2.537 habitantes. Entre los que perdieron más de 35 habitantes a lo largo del 2017 están Albaida, con 38 vecinos menos que la dejan por encima de los 5.900; Montaverner, que inició el 2018 con 1.631 residentes tras dejar marchar 35; l’Olleria, que perdió 36 y se quedó en 8.225; y Quatretonda, que tras disminuir en 39 vecinos se queda en los 2.239. También decrecen Benissuera (-14 vecinos y un total de 180 habitantes); Guadasséquies (-15, 444); y Castelló de Rugat, que redondea la cifra en 2.275 habitantes (-3).

Menos de 1.000 habitantes

Sempere, la localidad menos poblada de las tres comarcas, y uno de los municipios más pequeños de la Comunitat Valenciana, pierde habitantes, cumpliendo así con la tónica general autonómica que refleja que los municipios más pequeños siguen vaciándose. Con 6 habitantes menos, el pequeño municipio de la Vall d’Albaida no pasa de los 35 vecinos. Entre las 30 localidades de menos de 1.000 habitantes de las tres comarcas sólo 7 ven crecer su población, destacando los 15 que gana el Ràfol de Salem. Novetlè es el que más pierde, con 20 personas menos; y Bèlgida, con 18 menos, se aleja de las 700 almas (672). Aielo de Rugat desciende en 5 habitantes y cuenta con 155; Benissoda pierde 7 y tiene 418 vecinos; Fontanars dels Alforins baja en 6 y se queda en 979; y Montitxelvo, con 9 menos y un total de 605 residentes. Bellús baja a 314 habitantes (-1); Benicolet a 582 habitantes (-3); Bufali baja a 159 vecinos (-4); Carrícola a 93 (-2); Otos a 446 (-4); el Palomar a 576 (-3); Pinet a 156 (-3); Salem, 433 (-4); y Terrateig, 280 (-4).