Eloy Sanz tenía 8 años cuando un pastor que estaba pasturando con su ganado en un pueblo de la serranía de Cuenca mató a su pequeño perro Conan en presencia suya. El sujeto golpeó al animal con un garrote hasta causarle la muerte. Aquella terrible imagen, ocurrida en abril de 2016, no se le olvidará nunca a Eloy, que todavía se emociona cada vez que recuerda el suceso. Los hechos fueron denunciados ante el juzgado de lo penal nº 2 de Cuenca. Una sentencia condenó en 2018 al pastor a indemnizar a los dueños del animal con la cuantía de 700 euros por un delito de maltrato animal, tipificado en el Código Penal.

Eloy, que ahora tiene 12 años, no se ha comprado con el dinero de esa compensación económica ni un móvil de última generación ni una videoconsola, que sería el deseo de cualquier chico de su edad. Todo lo contrario: él y su familia han decido donar el importe de la indemnización a una protectora de animales nacida hace dos años en Fontanars dels Aflorins: la asociación «Peludets amb cor i medi ambient».

Los fondos permitirán al humilde colectivo de la Vall d'Albaida comprar pienso para los cerca de 30 perros que actualmente atiende, la mayoría de ellos abandonados por sus dueños. La asociación ha celebrado con entusiasmo el gesto de la familia. «Todo un ejemplo» que les empuja a seguir adelante con su labor. «Nunca ningún niño debería pasar por estas situaciones. Si esto puede servir para crear conciencia y no se repitan este tipo de atrocidades , entonces hemos ganado y mucho», hacen hincapié desde la protectora.

La sentencia dictada en enero de 2018 por el juzgado de lo penal condenó al pastor a ocho meses de prisión, a dos años de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia doméstica, así como a indemnizar a los dueños del perro con 700 euros por los daños morales ocasionados. La justicia consideró probado que el acusado se encontraba con su rebaño de ovejas pasturando en un paraje «cuando se acercaron unos niños con un perro, el cual comenzó a reunir a las ovejas». Ante esta circunstancia, el pastor «golpeó al animal con un garrote, causándole la muerte».

En mayo de 2018, sin embargo, la Audiencia Provincial de Cuenca estimó parcialmente el recurso de apelación presentado por la defensa del pastor y rebajó la pena para el condenado a tres meses de multa a razón de cinco euros diarios, así como a seis meses de inhabilitación (frente a los dos años iniciales) para el ejercicio de profesión relacionada con los animales y para la tenencia, manteniendo en todo caso la obligación de indemnizar con 700 euros a los propietarios del perro Conan, un yorkshire mestizo. La Audiencia eliminó la condena de prisión «atendiendo a las circunstancias del acusado», referido como «un pastor que dedica su trabajo diario al cuidado de las ovejas cuya actuación, aunque desproporcionada, buscaba evitar lo que consideraba un mal inminente y real: que las ovejas se dispersaran como consecuencia de la incontrolada acción del perro que sorpresivamente apareció y la ausencia de un adulto que pudiera controlarlo», razona la sentencia. Este criterio no fue compartido por la Fiscalía, partidaria de confirmar en todos sus términos la sentencia de primera instancia.