Despertà, pasacalles, eucaristías, ofrenda, misa solemne de campaña, procesión, calles adornadas,... Benigànim se viste de fiesta cada 21 de enero para honrar la figura de Josefa Teresa Albiñana Gomar (1625-1696), la Beata Inés —la primera valenciana declarada beata hace 130 años— nacida en la localidad. Una liturgia que ayer se repitió con miles de vecinos y visitantes llenando las calles de Benigànim para participar por la mañana en la misa de campaña en la Plaça Beata Inés y por la tarde en la procesión, con la escenificación de los miracles. El pueblo se vuelca en una fiesta que impresiona a los visitantes y así lo expresaba el padre Lorenzo Pérez de Eulate Bermejo, el agustino recoleto que ayer presidió la misa, y que destacó las «muestras de devoción, la alegría compartida por la fiesta, el profundo arraigo de una tradición que une e identifica al pueblo de Benigànim». Pérez de Eulate señaló que los religiosos que presencian la celebración se convierten en «propagadores de esta devoción». Este año han acudido una decena de agustinos recoletos.

Lorenzo Pérez de Eulate quedó sorprendido la noche anterior con la Crema de la Foguera y en el sermón de la misa de la Beata recalcó la impresión de ver «un pueblo reunido entorno al fuego, el son de las campanas, la banda de música, la pólvora. Una bella tradición, una entrañable devoción que animo a cuidar, conservar y transmitir» a las generaciones futuras. Pérez de Eulate también tuvo palabras para la comunidad de monjas agustinas descalzas del monasterio de Benigànim, unas diez monjas de vida contemplativa que «son custodias del legado de la Beata, han promovido su devoción y son un pulmón espiritual para Benigànim».

A la misa asistieron la alcaldesa, Amparo Canals, miembros de la corporación municipal y los festeros de la Hermandad Inesina, que organizan los actos de la Beata, y que este año preside Inmaculada Cárdenas. La primera edil de Benigànim destacó ayer tras la misa «la gran organización de los festeros» de una fiesta que fue «un éxito». Amparo Canals ponía de manifiesto la «enorme devoción de los beniganenses por la Beata Inés, el icono del pueblo, aunque no es la patrona», una devoción que se expande a devotos de otros municipios de la Vall d'Albaida y de otras comarcas. «Ha venido mucha gente. Vienen autobuses y, aunque es día laborable, la gente se organiza para venir a la misa o por la tarde a la procesión».

Calles y Miracles premiados

Una procesión que este año discurrió por el recorrido más largo de los siete que hay, de unos 2 kilómetros. Un recorrido largo que podría ayudar a que no se juntaran el principio y el final de la procesión, como ha ocurrido en los tres últimos años. El año pasado la procesión reunió a más de 7.000 personas, una cifra similar a la de este 2019. Los asistentes disfrutaron de los miracles y de las calles embellecidas y adornadas para la celebración. La calle Maestro Serrano se alzó con el primer premio, mientras que el Carril se llevó el segundo. En los Miracles, el Carro, que escenifica cuando la Beata cura a un niño atropellado por un carro —uno de los dos milagros utilizados para su beatificación en 1888— se proclamó ganador; y el segundo premio fue para El tir del seu tio, que escenifica cuando su tío le disparó en la casa que vivía la Beata Inés.