Se anunció en una emisora radiofónica como el primer club erótico de Xàtiva. Prometía «los estriptis más atrevidos de la mano de las mejores bailarinas» en el local de la calle Porta de Sant Jordi donde hace unos meses cerró el pub Plan B, a apenas 230 metros de la recién estrenada Casa de les Dones. La inauguración del Freedom Erotic Club estaba prevista para el 7 de febrero con la participación «de una estrella a nivel nacional» en barra americana. Pero el negocio ha terminado naufragando antes de su apertura. Los escollos municipales y la presión vecinal en contra de la actividad han conducido al promotor a comunicar al ayuntamiento su decisión de desistir de la empresa. Prueba de ello es que el rótulo que se colocó a las puertas de la entrada del local ya ha sido retirado.

La controversia suscitada a raíz de la campaña publicitaria del club monopolizó el turno de preguntas del público en el pleno del pasado sábado, donde quedó patente la oposición frontal tanto del Consell Municipal de les Dones como de la comunidad de residentes del bloque de pisos donde se enclava el bajo comercial. Están cansados de soportar los ruidos del antiguo pub desde sus inicios hace 27 años, bajo otra denominación en el núcleo histórico de la ciudad.

El alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, se comprometió ante los vecinos a velar por el cumplimiento de la normativa y anunció un requerimiento a la propiedad. Cerdà aseguró que la licencia para el ocio nocturno que tiene concedida el inmueble desde hace años no era compatible con la actividad anunciada, focalizada en los espectáculos eróticos. El munícipe contó que la campaña promocional de la apertura del club se retiró de la parrilla después de que el consistorio advirtiera a la emisora de la posibilidad de poner fin a la publicidad institucional al amparo de la ley autonómica aprobada en mayo de 2018, que pone coto a los anuncios sexistas o que fomenten actividades «denigrantes» para la mujer en los medios de comunicación.

El alcalde encargó al secretario un estudio sobre el expediente de apertura del reducido local, adquirido mediante un traspaso por el promotor del Freedom Erotic Club con la licencia vigente para funcionar como pub. Aunque en su interior no se desplegaron obras de envergadura, la revisión de los técnicos municipales señaló que el nuevo propietario no había comunicado ni el reinicio de la actividad ni las labores de pintura desarrolladas, motivos por los cuales el ayuntamiento abrió un expediente sancionador todavía en curso, según explican fuentes municipales. Ante las notificaciones anunciadas y la amenaza de ver retirada la licencia, el propietario trasladó ayer verbalmente al alcalde la voluntad de no seguir adelante con sus planes.

Una de las vecinas del nº14 de la Porta de Sant Jordi donde se encuentra el pub, la expresidenta de las Amas de Casa Tyrius Amparo Giménez, leyó en el pleno una declaración acordada por unanimidad por el Consell de les Dones de Xàtiva -del que forma parte- para manifestar que la actividad del club de estriptis «de ninguna manera puede ser admitida en una ciudad preocupada por los derechos y la dignidad de las mujeres». Giménez hizo hincapié en que todos los integrantes del órgano consultivo y participativo «coincidimos en que un local que pretende hacer negocio con el cuerpo de la mujer para uso y disfrute del hombre no tiene cabida en Xàtiva». A juicio del Consell de les Dones, la actividad constituye «un ejemplo explícito de mercantilización de las mujeres». «Es humillante y entra en contradicción con todo lo defendido y por lo que llevamos mucho tiempo luchando», agrega la declaración, en la que el organismo municipal instó al ayuntamiento a «tomar las medidas oportunas para que el local se ajuste estrictamente a todas las normativas existentes», reclamando «el máximo interés y el apoyo de la corporación» para que «se realicen todas las inspecciones y controles necesarios».

Hartos del «suplicio» del pub

Giménez aprovechó su intervención para denunciar el «suplicio» con el que han convivido desde hace mucho tiempo los vecinos de la finca por los ruidos del pub -ahora cerrado- «hasta las 4 de la madrugada». «No se cumplía el horario de cierre y nos hemos acostumbrado a que retumben las lámparas y el techo. Llevamos 27 años peleando con la problemática y nunca se nos ha dado una buena solución para mejorar nuestra salud». La representante vecinal en el pleno censuró que los controles y la vigilancia en esta zona eran escasos y pidió una mayor atención de la administración para minimizar las molestias en caso de que el pub vuelva a abrir sus puertas como tal, una posibilidad que sí está contemplada y autorizada. «Solo pedimos que se cumpla nuestro derecho al descanso, que se nos respete y se nos tenga en cuenta», sentenció Giménez. El alcalde se comprometió a recibir a los vecinos y a atender sus demandas.