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Cuando la política genera vínculos

el anuncio que la semana pasada realizaba el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, en una red social, de sumar a José Rafael Sanchis Vicedo, ex presidente de la Societat de Festers „cargo que ocupó durante los últimos tres años„ no debe extrañar, debido al roce lúdico que comparten ambos ostentando las respectivas representaciones. Una incorporación bastante loada, a tenor de la reputación de buena persona de la que goza Sanchis. Ese compartir actos y decisiones festeras, inequívocamente, acarreó vínculos de amistad entre ambos.

No hay que olvidar algunos asuntos en los que se forjó el aprecio mutuo, como si fueran carn i ungla, ya fuera la conmemoración del año Cervino o sumando esfuerzos para declarar Bienes Culturales Locales, las Ambaixades y la Baixà del Crist. Todo muy humano. Y además, al revelar que ocupará un puesto de salida, el quinto, viene a admitir que contará con él, si obtiene el gobierno municipal, como a uno de sus ediles principales en el próximo cuatrienio. Y si además, como parece haber confluido en este caso, esa amistad deriva en una empatía respecto a cómo atajar las grandes cuestiones de la ciudad, al final no es de extrañar, como ha sucedido, que el político quiera añadir a su equipo a alguien relacionado, que a mayor abundancia arrastra la simpatía de miles de festeros, pues no hay que olvidar, asimismo, que representan a miles de votos.

Recordemos que la Societat de Festers, en varias ocasiones y en estos últimos 40 años de democracia, ha nutrido las listas electorales municipales. Valgan los casos del ex presidente Pepe Bas, que, a finales de los años 80, encabezó la lista de Unión Valenciana. También Lina Insa, tras el pregón de las fiestas de Moros y Cristianos, encabezaría la candidatura del Partido Popular en los 90.

Rodríguez también ha aprovechado el anuncio de la incorporación de Sanchis para notificar algunas bajas, diríase que casi con lágrimas en los ojos (no hay que olvidar que el grupo municipal socialista está muy cohesionado; una baza no siempre compartida con entusiasmo, al redundar esa piña en una cierta incomunicación con el resto de la militancia socialista). Los ediles que cita y que ya no estarán el próximo 26 de mayo, en el cartel electoral del PSPV son Joan Sanchis, Virtudes González y Patri Folgueras. Mientras que sobre otros nombres que lastran su gobierno, por ahora, aún no se pronuncia en ningún sentido. Si bien es cierto que las nuevas incorporaciones están al caer, como se desprende cuando dice «quiero dar la bienvenida a los que, en breve, iniciarán con nosotros esta aventura», dijo el otro día.

Tanto en esta, como en anteriores corporaciones y salvo contadas excepciones, han primado las buenas relaciones entre los concejales. Máxime entre aquellos que han detentado el gobierno municipal. Lo que se traduce en verlos, muchas veces, compartiendo comidas o cenas, tanto en lugares públicos como privados de la ciudad. Incluso en los primeros años del actual sistema democrático, era habitual, después de cada pleno municipal, ver compartir a todos los ediles unas copas en el ya desaparecido Bar Ideal de la plaza Major. Los peores años, sin dudar, fueron los de la crispación que instauró el PP de Insa.

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