Esta semana el gobierno de Ontinyent, coherente con su norte en materia formativa y de educación, cuya expresión máxima es la actual sede de la Universitat de València, hacía los primeros tanteos, in situ, para albergar otra futura sede del Parc Científic Universitari. La premisa, como su posible ubicación, ya está a punto. Y para verificarlo, como informaba este diario, el solar propicio ha sido visitado por el alcalde y representantes de Coeval, Ateval, Caixa Ontinyent y la UV. Es un paso más en el empeño educativo de nivel que, de concretarse en los próximos meses, servirá para poner la guinda a las acciones de gobierno; las que viene acometiendo el que preside Jorge Rodríguez. Toda vez que en los frutos universitarios están depositadas muchas de las esperanzas de crecimiento de esta ciudad, y por ende de la Vall.
Que la Universitat de València (UV) sea la que le haya propuesto al campus de Ontinyent acoger esa una nueva sede del Parc Científic Universitari es un claro síntoma del buen caldo de cultivo que se está cociendo en la sede ontinyentina de la UV. Que en su necesaria expansión la institución académica haya pensado en Ontinyent para la próxima dotación universitaria que, como señalaba el alcalde, se pondrá al servicio de empresas, es una buena nueva que inyecta confianza. Son signos que, en medio de tanta incertidumbre, aportan optimismo frente a los nuevos horizontes. Y si entre los objetivos del anuncio figura «fomentar la innovación y contribuir al desarrollo económico y social de este territorio», pues miel sobre hojuelas.
Y el Oscar es para... el arquitecto ontinyentí Ramón Esteve, quien, tal como informaba Levante-EMV ganaba el más sonado premio de la especialidad al mejor diseño con una colección de Porcelanosa. El premio lo falló el jurado del Certamen IF Design Award 2019, que distinguió así la colección Lignaje de Esteve: «la más innovadora». El galardón, al que se refieren como el Óscar del diseño, es otro peldaño más en la carrera ascendente del ontinyentino desde que comenzó a diseñar para la empresa de la capital de la Vall Gandia Blasco, y después siguió con Vondom, del Palomar, o que ahora es encumbrado por sus trabajos para Porcelanosa.
Ontinyent exportador. Que la ciudad se sitúe en el top 10 de los municipios exportadores valencianos es a primera vista una buena referencia. Sin embargo, cuando se publican datos que dicen que, pese al incremento de empresas en los últimos años, esa escalada no ha sido paralela al de la creación de empleo, que inopinadamente se estanca, entonces el gozo ha de rebajarse. Así que esa prioridad municipal autoimpuesta de «activar medidas como un programa de ayudas a la comercialización y internacionalización» que, según dicen, « casi ha triplicado las subvenciones otorgadas en el último año», es a todas luces algo que no alcanza su objetivo.
