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rebeca torró recupera lo que isabel bonig nos quitó

la luz verde del pleno al convenio para invertir tres millones de euros en la Vila viene a ser como un dejà vu que le estampa en la cara la edil ontinyentina Rebeca Torró a la ex consellera y actual líder valenciana del PP, Isabel Bonig. La cuestión es que, sin prisa pero sin pausa, la regidora ha logrado «desatascar una ayuda que en su día paralizó la entonces consellera Bonig (PP)», tal como recordó Levante-EMV esta semana. La Generalitat, recuerden, anuló la inversión de manera unilateral. Ahora, es el fallo del Tribunal Superior de Justicia el que tras dar la razón al ayuntamiento ontinyentí, por incumplimiento de convenio, sirve de base para esta recuperación del antiguo proyecto.

Cabría no olvidarse de esta tropelía perpetrada por la Generalitat cuando gobernaba el PP, y que el IVVSA responsable de ejecutarloera el organismo dependiente de la Bonig, que se hizo el rácano. Al final, casi diez años después de la firma de aquel convenio (entre Lina Insa y Juan Cotino), Torró desbloquea la llegada de aquella inversión. Un triunfo doble, toda vez que esta suma, además, permitirá insuflar una buena bocanada inversora en la rehabilitación y actualización del medieval barrio de la Vila.

Por cierto que hasta los tres concejales del PP ratificaron el nuevo convenio en el mentado pleno que, al traducirse en negro sobre blanco, significa una descalifación en toda regla de los suyos a Bonig.

Ranas en el PSPV-PSOE de l'Olleria. Definitivamente, l'Olleria es tierra hostil para el PSPV, y por rpartida doble. El miércoles este diario informaba que el portavoz socialista se da de baja del partido pero mantiene el acta. O sea, David Millán. Y como suele suceder en estos casos, culpa a l'obrer, que l'ha fet de mala gana. Más marciana es la excusa que esgrime para presentarse a las elecciones con una marca alternativa, logo que desveló a reglón seguido en estas mismas páginas: el blavero Poble Democràtic". Un estriptis ideológico en toda regla. Lo que evidencia, y más entre la tropa de políticos municipales, que muchos concejales, pese a representar una siglas políticas, aparecen bajo su paraguas más por necesidad de amparo de una marca competitiva que por afinidades ideológicas y de objetivos sociales. Como bien ha evidenciado Millán al pasarse, para su probable corto futuro político, a un partido esencialmente antagónico al PSPV. Si a esta espantà sumamos a su compañero de grupo, Héctor Such, que se ha revelado como otro veleta sin norte, tenemos a lo que se denomina ranas. Y no una, dos.

Qué lejos quedan ya aquellos años 80 de dominio socialista en l'Olleria. El asunto de los incumplimientos de de Compromís, capitaneado por el sobrado de altivez Julià Engo, es harina de otro costal. Un asunto que, seguramente, compete dilucidar a las direcciones del PSPV y Compromís. Pero que nunca puede servir de justificación para amparar egos o para pechar con la traición de Millán. Por que traición, y no otra cosa, es la que infringe a quienes depositaron su voto en él como representante de una marca política más que centenaria, como es la de los socialistas. Por no abundar en lo de Such.

Contratiempos para Ontinyent. Si en los pasados días salió a la luz un contratiempo o se generó una considerable incertidumbre acerca de la construcción del nuevo hospital de Ontinyent, ahora el marrón que le ha caído al gobierno de Jorge Rodríguez es el del nuevo edificio para los juzgados. Le reclama la Conselleria de Justicia que se licite la compra de la sede de los nuevos tribunales. La cuestión es dilatar el proyecto con más burocracia.

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