La derrota del Ontinyent en su visita al Barça B en el Miniestadi (3-0) coloca a los de la Vall d'Albaida en puesto de promoción de descenso, agravando la situación complicada que atraviesa el equipo, en lo deportivo y en lo económico. El entrenador del Ontinyent, Vicente Parras, reconocía ayer que el conjunto textil no mostró su mejor versión ante el filial del FC Barcelona. «Sabemos que en estos partidos nuestras opciones pasan por hacernos fuertes en defensa y aprovechar la ocasión que se nos presente, al contraataque o en una acción a balón parado. Parecía que habíamos entrado bien al partido, generando jugadas de peligro en corners, pero cometimos demasiados errores que estos equipos no perdonan. Con el 2-0 todo se complicó bastante, pudimos engancharnos al partido con el partido para el 2-1, pero no fue así y con el 3-0 todo se hace muy cuesta arriba», explicaba ayer el entrenador, que añadía que en la segunda parte el Ontinyent ya estuvo pensando más en el próximo partido.
Un próximo partido para el que Parras recuperará a Felip, una vez cumplida la sanción por acumulación de tarjetas. Será la única baja que se recuperará y, aunque Tarí podría tener algunos minutos, «prácticamente no recuperamos a nadie», avanzaba.
Las bajas también están lastrando al equipo y Parras pone de manifiesto que «estamos con lo justo. Pero no vamos a ganar nada por quejarnos porque tenemos menos jugadores. Nos faltan jugadores, sí, pero tenemos que competir con lo que hay y todo el mundo sabe que cuando sale tiene que dar su mejor nivel». Para Parras, la derrota no tiene que ver tanto con esta falta de efectivos, sino que «lo achaco a que tienes que estar concentrado y con un nivel de activación muy alto, a tu mejor nivel, porque son equipos que no perdonan. Cometimos demasiados errores en los primeros diez minutos y ellos supieron aprovecharlo», reiteraba.
Confianza en Salva García
Respecto a la situación económica y a las críticas del empresario Salva García por la «falta de colaboración» de la directiva de Luis Ortiz, Parras afirmaba que «la situación es delicada. Sabíamos que Salva estaba disgustado con algunas circunstancias. Confiamos en él, no nos ha fallado, pero entendemos lo que dice, que la gente tiene que ayudarle y no pensar que como han llegado ellos y ponen el dinero, ya está. A todos nos va que ellos se den cuenta que no están solos y que esto es importante para muchas personas», concluyó.
