Tres meses después de haber comenzado el año y con muchas dificultades por la cercanía de las elecciones, el equipo de gobierno ha logrado la proeza de dejar aprobado el presupuesto municipal de 2019 pese a su situación de minoría en el pleno. El tripartito formado por GdC, Compromís y EU obtuvo el apoyo decisivo de Reiniciem para evitar el bloqueo y dar luz verde a unas cuentas que ascienden a 9,5 millones de euros y que han plasmado en buena medida las peticiones de esta formación en materia de participación, memoria histórica o defensa del patrimonio.
El regidor de Hacienda, Joan Carles Pérez, destacó el esfuerzo desplegado en las comisiones para que todos los partidos pusieran «su grano de arena» con tal de incluir «todas las propuestas posibles» y consensuar el presupuesto, cuyo retraso atribuyó a los graves problemas de personal que sufre la corporación municipal por diferentes circunstancias sobrevenidas, junto a la carga de trabajo del departamento de Economía. Pérez admitió que las cuentas no entrarán en vigor hasta mediados de abril, con lo que «la corporación actual prácticamente no podrá desarrollarlas» y será la que entre a partir de junio la que «tendrá que sacarlo adelante con las modificaciones oportunas». El edil defendió un presupuesto «continuista» que no incrementa la presión fiscal y recoge inversiones prioritarias como la adecuación del acceso al CEIP Vicente Rius o las mejoras en el agua potable y alumbrado.
El PSPV se abstuvo en la votación (como la regidora no adscrita) censurando el retraso y acusando al ejecutivo de «no tener proyecto de pueblo» y de recortar inversiones un 26%, pese a aumentar ingresos un 3,5% en 2019. Los concejales del PP votaron en contra.
