Robó un coche Silla y se desplazó con él hasta la calle Almas de Xàtiva, donde lo dejó abandonado. En sede judicial alegó que únicamente había utilizado el vehículo para dormir, pero fue delatado por su ADN. El acusado, un vecino de Xàtiva de 39 años de edad, acaba de ser condenado por la Audiencia Provincial a 71 días de trabajos para la comunidad -canjeables por 1.620 euros de multa- por un delito de hurto con el agravante de reincidencia, puesto que en 2009 ya fue descubierto sustrayendo de vehículos a motor y condenado a dos años de prisión.

Los hechos juzgados se remontan a la noche del 17 de junio de 2013, cuando el sujeto se apoderó de un Ford Fiesta que su propietario había dejado cerrado con llave y estacionado en la calle Caridad de la localidad de Silla.

El automóvil fue localizado a la mañana del día siguiente por un agente de la Policía Local de Xàtiva en la calle Almas de esta ciudad, donde el acusado lo había dejado sin ocasionarle ningún daño. Tampoco desapareció ningún objeto de su interior, por lo que el propietario no reclamó cantidad económica alguna como perjudicado.

El condenado fue identificado al localizarse vestigios de su ADN en el volante y la palanca de cambios del coche. Pese a ello, éste argumentó que lo había encontrado ya en Xàtiva y que simplemente lo había utilizado «para dormir», una hipótesis que no convenció al juzgado de lo penal nº12 de València. La defensa recurrió la sentencia de primera instancia ante la Audiencia Provincial alegando que no existía ninguna prueba de cargo directa contra el ladrón, sino únicamente indicios, por lo que pidió su absolución.

Sin embargo, una vez examinados los hechos, los magistrados de la sección 5ª de la Audiencia Provincial consideran que la línea argumental de la sentencia apelada «es totalmente coherente y razonable». «Pese a lo argüido por el apelante, los indicios existentes en su contra no es que no sean suficientes, es que son realmente vehementes y cumplen todos los parámetros exigidos para desplegar eficacia probatoria», sostiene el último pronunciamiento judicial, que no admite recurso e impone al condenado las costas causadas con la apelación. En las muestras recabadas en el turismo únicamente se halló el perfil genético de un varón.