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tontos y locos

puede parece petulante, pero a estas alturas la decisión sobre el voto es evidente. Si usted es de lo que cree que este país tiene como principal problema el asunto de las banderas, o los lazos y su variedad cromática; si para usted es fundamental que haya toros en las plazas para ser descabellados como toca y no en la dehesa pegándose la vida padre; si es de los que piensa que la caza es un bien cultural a proteger como exponente de la civilización, o sueña con poder tener en casa fusiles y automáticas con los que acribillar a hipotéticos atacantes que pretendan atentar contra su honor; si es de los que tararea "soy el novio de la muerte" mientras que se ducha o le tiemblan las rodillas cuando ve a los legionarios desfilar tiesos y mayestáticos con su cabra?ya lo debe tener claro.

Si está convencido de que las pensiones son un gasto recortable aunque ello suponga recortar la vida de las personas porque, total, al final de su vida ya no son productivas; si cree que la gente joven, hoy en día, es demasiado zángana y quejica. Si es de los que opina que las mujeres tienen la culpa de lo que les pasa porque han sacado los pies del tiesto y se empeñan en estar donde no deben, a horas no apropiadas, provocando con vestimentas inadecuadas, saliendo a correr sin la protección de un recio varón español? Si es usted de los que llena la nevera con altísimos principios morales y opina que quien cobra salarios de miseria es porque es un fracasado/a que no ha sabido hacer el esfuerzo necesario para labrarse un futuro digno. Si está convencido de que el trabajo dignifica aunque sea con jornadas de doce horas a tres euros la hora, que la gente se ha vuelto muy delicada y protestona y se queja de todo; si cree que la mejor asistencia médica ha de ser para el que se la pueda pagar y que enfermar no teniendo dinero es una costumbre que perjudica la sana convivencia. Si está convencido de que la educación, más allá de las cuatro letras, solo es rentable para quien sacará buen partido de ella porque, al fin y al cabo, pertenece al mundo de los triunfadores por tradición familiar. Si cree que quienes vienen en patera y no se ahogan en el mar, deberían haberlo pensado antes, porque aquí no hay para tanta gente y su desesperación hace que la gente decente se sienta amenazada?

Si cree que la corrupción no es para tanto, solo una patraña, un invento disparatado fruto de una conspiración global para desacreditar a políticos de raza. Si en realidad, la política no le interesa porque cree ser demasiado espabilado para caer en las trampas de unos y otros; si es usted persona de orden, de ese orden sustentado en el ordeno y mando, en el silencio de los corderos antes de ir al matadero, en el miedo que sustituye al respeto, en la mano dura que castiga sin miramientos, porque no es partidario de segundas oportunidades y palabras como solidaridad, sostenibilidad o concordia le suenan a monsergas de gente débil y sin espíritu, usted ya debe tener decidido su voto. Vote dentro de dos semanas. Con orgullo y la cabeza bien alta. Está en su derecho. Ese derecho que no siempre existió, como muchos otros que usted disfruta y que pueden estar en peligro de desaparición. Así que vote, pero no lo haga a tontas y locas. Y, a ser posible, no se lo regale a tontos y locos.

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