El temporal que desde el jueves sacude a la geografía valenciana ha resucitado numerosas fuentes, ríos y saltos de agua a lo largo y ancho de las comarcas de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, después de uno de los inviernos más secos de las últimas décadas, con precipitaciones muy por debajo de los registros normales, en un escenario de alerta por sequía en el territorio.

La imagen del Pou Clar rebosante de agua en Ontinyent -donde han caído más de 200 litros por metro cuadrado- contrasta con la que hasta hace muy poco ofrecía el paraje ante la preocupante escasez de lluvias. El enclave está siendo objeto hoy de una elevada afluencia de visitantes, aprovechando el puente festivo y la treguna concedida por la borrasca. Lo mismo ocurre en el nacimiento del Riu Sants de l'Alcúdia de Crespins, donde vuelve a brotar agua de forma natural. La cascada del Datiler en Rugat, donde se han acumulado 218,6 litros por mero cuadrado, es otro de los puntos donde se nota el impacto beneficioso de la gota fría, que ha servido para recargar los acuíferos.

El temporal ha multiplicado por 150 el caudal del río Albaida, que a su paso por Montaverner ha alcanzado un pico de 46 metros cúbicos por segundo a las 2 de la pasada madrugada tras una jornada de abundantes e ininterrumpidas precipitaciones. Antes del temporal, por el citado cauce se registraban 0,31 metros cúbicos por segundo, según los aforos contabilizados por el sistema de información hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Júcar. En el río Sellent a la altura de Estubeny el caudal ha alcanzado los 3,68 metros cúbicos por segundo, 350 veces el que se registraba hace solo cuatro días.

El agua que embalsa el pantano de Bellús también se ha multiplicado por 2: de los 4,5 hectómetros cúbicos contabilizados el día 19 a los 9,72 de hoy.