El periodista y escritor Javier Sierra, Premio Planeta en 2017, impartió ayer en Ontinyent la conferencia La novela histórica como herramienta para resolver enigmas del pasado, en la que expuso algunos de sus recursos literarios en sus libros de éxito, a partir de misterios de la historia o la ciencia. El acto estuvo organizado por el Club de Lectura d'Ontinyent y La Llibreria y Sierra estuvo acompañado por Jordi, un ontinyentí amigo suyo desde hace 30 años, dijo. En una Sala Gomis llena, el escritor explicó que a partir de un misterio histórico real utiliza la ficción «en una de sus características más sublimes, emplearla para resolver, aunque sea en la imaginación, esos enigmas históricos para los que la ciencia o la historia aún no tienen respuesta». En este sentido, remarcó que uno de los que más satisfacción le ha dado fue el de La cena secreta, inspirado en la última cena de Leonardo da Vinci. Sierra expuso que Da Vinci «pintó a Jesús proponiendo a los 12 que lo acompañaban un acertijo, les dijo 'uno de vosotros me traicionará'. Pero Leonardo no pintó a Judas con las características clásicas y no era fácil encontrar al traidor, convirtiendo esa cena en uno de los juegos más misteriosos de la historia del arte, que yo traté de resolver en clave literaria», destacó.
El autor „de madre de Morella, dijo, trató de hablar en valenciano al inicio de la charla„ afirmó que la novela histórica «es el género de más éxito porque cubre una carencia que todos tenemos, el acceso al pasado». Dijo que para hacer una buena novela histórica «es importante tener claves muy claras: es necesario buscar dentro de la historia el aspecto extraordinario; y lanzarse a la búsqueda de personajes y temas muy particulares».
Sierra defendió el trabajo de investigación previo a la escritura, resaltando que «visitando un archivo, viajando para conocer los escenarios el autor se enriquece personalmente, siente el cosquilleo del descubrimiento». El autor español más vendido en EE.UU señaló que la clave de ese éxito es «contar historias más grandes que la vida, transmitir una historia con pasión, da igual donde esté ambientada. A eso nos tenemos que entregar los escritores», concluyó.
