En 2015, la socialista Mª José Tortosa asumió las riendas de un ayuntamiento con una deuda por habitante récord en España después de cosechar una mayoría absoluta de las que marcan época. El PSPV barrió al PP en un feudo histórico hasta entonces inexpugnable donde la derecha llegó a gobernar de forma ininterrumpida durante más de un cuarto de siglo, la mayor parte del tiempo bajo el mandato de Fernando Giner. Sin asignarse ningún sueldo y compaginando la gestión municipal con su carrera profesional en la enfermería, dos obsesiones enlazadas entre sí han guiado la primera legislatura de la alcaldesa: aliviar en la medida de lo posible el impacto de la colosal deuda de más de 25 millones de euros que pesa como una losa sobre el consistorio y encontrar una salida viable para los 1,3 millones de metros cuadrados de terrenos cuya urbanización quedó paralizada en Valpark hace diez años. El parque logístico y empresarial promovido por el PP en la era de los grandes proyectos abocó al municipio a la bancarrota y ha terminado convirtiendo a los populares en una formación residual en el consistorio.

Después una legislatura marcada por los obligados recortes en el gasto, las penalidades, la litigiosidad en los tribunales derivada de la gestión heredada y el frenético tráfico de reuniones con los gobiernos de València y Madrid, Tortosa ha visto recompensado en las urnas tanto sacrificio. El PSPV no solo volvió a arrasar el domingo, revalidando su mayoría absoluta en Vallada, sino que amplió su distancia respecto al PP: los socialistas suman un concejal más que en 2015 y triplican a los populares en votos. Un hito.

El nuevo gobierno ocupará nueve asientos en el pleno municipal (tres más de los necesarios para tener mayoría absoluta), frente a los dos de la oposición. Según la plataforma oficial de la Generalitat, Tortosa cosechó el 75% de las papeletas validadas el 26M, diez puntos más que hace cuatro años. Se trata del tercer mejor resultado del PSPV en la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, solo por detrás de Rotglà (77,8) y Bicorp (76,3%). Sobre un total de 1.719 votos contabilizados, los socialistas obtuvieron 1.297 y el PP 422, con una candidatura circunstancial sin expectativas de ganar. Los primeros crecieron un 17,38% en apoyos y los segundos retrocedieron otro 12,76% tras la debacle de 2015. Y eso que el PSPV ha perdido 80 votos respecto a hace cuatro años, debido al descenso de la participación, ocho puntos por debajo de los anteriores comicios, cuando los vecinos se movilizaron en masa (casi el 86% acudió a las urnas) para manifestar su hartazgo generalizado con la gestión que se había llevado a cabo hasta entonces en el consistorio. Con sus 2,2 millones anuales de presupuesto y sus 3.000 habitantes, el Ayuntamiento de Vallada ha de hacer malabarismos para asumir el pago de 300.000 euros anuales en concepto de intereses financieros al Gobierno tras acogerse a sus diferentes mecanismos de rescate para evitar la quiebra.

«Nos anima a continuar igual»

«Estamos muy agradecidos al pueblo: han reconocido el gran esfuerzo que se ha hecho en estos años. El resultado nos anima a continuar en la misma linea», declara Mª José Tortosa a Levante-EMV en un hueco de su apretada agenda. Una década después de la paralización de las obras de urbanización (que se quedaron a menos de la mitad), Valpark pasa por ser la única esperanza de la localidad para liberarse de la soga financiera que oprime sus finanzas. «Partíamos del caos y ahora ya sabemos donde estamos». La alcaldesa tiene claro que terminar de urbanizar el suelo y comercializarlo es la máxima prioridad y el principal caballo de batalla de la corporación, una vez sentadas las bases y desenmarañado el complejo lío jurídico que bloqueaba el parque. El consistorio está en proceso de publicar la relación de parcelas y de cuantificar el coste de acabar de urbanizar los terrenos con ayuda de la Generalitat. Aunque hay inversores interesados en instalarse en el ámbito de Valpark por su situación estratética, las carencias del polígono lo impiden. El ayuntamiento ha presentado alegaciones para acogerse al decreto de ayudas a pueblos en una grave situación económica lanzado por la Generalitat. La idea también es ofrecer parcelas municipales a cambio de su urbanización.

El gobierno de Tortosa ha logrado recientemente que la adjudicataria de las obras de Valpark, Ferrovial, devuelva 4,2 millones de euros que admitió haber ingresado indebidamente bajo anteriores gobiernos del PP y AIPV. Pero esa cantidad apenas palia la sequía económica de Vallada y aún queda mucho por hacer. A las condenas por la baja valoración inicial de las expropiaciones del parque logístico se suma la amenaza de otra sentencia millonaria que preocupa mucho en el consistorio.

Tortosa compagina la alcaldía con la presidencia de la Mancomunitat de la Costera desde hace dos años, aunque no tiene claro si continuará en este último cargo por la sobrecarga de trabajo que lleva a la chepa. Lo que sí defiende es que haya ediles con retribución, por las horas que dedican.