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La Costa del Castell es una selva

El crecimiento de la vegetación silvestre copa ya muchos de los rincones de este enclave de Xàtiva y da un aspecto de abandono

La Costa del Castell es una selva

La vegetación silvestre ha crecido de tal manera en la Costa del Castell de Xàtiva que algunos de los elementos del mobiliario urbano de la zona están ya parcialmente ocultos. El crecimiento de las plantas aromáticas de los márgenes y parterres de la zona también está desbocado, así como el entorno de los restos del palacio islámico: entre que el panel informativo está consumido por el sol y es ilegible y que las hierbas se adueñan de los accesos, nadie diría que se trata de una zona arqueológicamente tan importante y menos aún que es visitable. Los bancos de hormigón de las zonas de los accesos al Bellveret (y el Bellveret mismo) están colonizados por una vegetación casi exuberante. Y los caminales que surcan toda esta zona tienen cada vez menos superficie debido al avance de las malas hierbas.

La Costa del Castell es una zona que tiene su riqueza patrimonial pero también una masa forestal valiosísima que cabe cuidar y potenciar. Y que es parte de su encanto. Pero la desmesura provocada por la falta de acciones afea el entorno y ofrece al visitante una cierta sensación de abandono. Según desde qué perspectivas, monumentos como las ermitas de Sant Feliu y Sant Josep aparecen al fondo de una masa verde que se antepone a ellas, mientras que el tramo de carretera que conduce al castillo también se empequeñece ante el avance de plantas y flores.

La carrera contra el crecimiento asilvestrado no sólo se pierde en esta zona de la ciudad. En las aceras de polígonos a medio desarrollar el avance es mucho mayor. Y ya hay tramos inaccesibles para el peatón como en las rondas de circunvalación de la ciudad.

También en el casco urbano. En los alcorques de Ausiàs March y de otras calles del barrio Nord-Oest, en las juntas de los bordillos o entre las piedras del puente del Claret había hasta este jueves una inusual cantidad de hierbajos, muchos de ellos gran tamaño, que llamaba la atención dado que se trata de un entorno enteramente urbano. El servicios municipal de Parques y Jardines acabó con esa situación el mismo jueves, y la zona ya ha recuperado el buen aspecto.

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