Sin previo aviso ni rueda de prensa de presentación (a las que el entonces alcalde, Alfonso Rus, era tan aficionado cuando se trataba de anunciar actuaciones musicales) el 29 de mayo apareció en varios periódicos un anuncio a toda página (sería el único) señalando la actuación de Xàtiva. Pero apenas unos días después sucedió algo curioso: un teletipo informaba de que Elton John suspendía su gira por Europa. Posteriormente, la nota aclaraba que el artista, en realidad, más que suspender la gira había decidido anular la práctica totalidad de actuaciones para mantener sólo algunas, las del formato Elton John & His Band. Y entre esas pocas estaba la de Xàtiva. En una rueda de prensa (ahora sí) en la que Rus dio detalles de la contratación, el acalde dijo que si Elton John mantenía esta actuación era porque quería aprovechar para ver la exposición de la Llum de les Imatges abierta entonces al público en la capital de la Costera. Broma que algunos medios tomaron en serio. Había otra cosa rara: según la web del cantante, y por lo que se refería a las actuaciones que sí se mantenían, Elton John tenía un concierto el día 22 en Dinamarca y otro el día 24 en Noruega. Es decir, que el bolo de Xàtiva estaba en medio de dos actuaciones a miles de kilómetros ambas de la de España, lo que sumaba un tour de force de locos.
Pero no. Ningún mal augurio se cumplió y Elton John apareció puntual, a las 20.15 horas, tal como estaba fijado, sobre el escenario de la plaza de toros. Vestía una levita negra con lentejuelas a la espalda y en los hombros; camisa roja y gafas de sol de cristales color violeta con unos brillantes incrustados en la parte inferior de uno de ellos formando las iniciales de su nombre y su apellido. Abrió el concierto con Funeral for a friend, enlazando canciones hasta sumar 23: entre ellas, sus principales éxitos: Rocket man, Your song, Crocodile rock, Sacrifice... Pese al tute de actuar un día antes en Dinamarca y tener que tocar el día después de Xàtiva en Noruega, se mostró enérgico y entregado. El recital arrancó a plena luz del día y a medida que se oscureció el cielo el escenario cobró la magia de una iluminación espectacular.
No es que Elton John no visitara finalmente la Llum de les Imatges, tal como bromeó Rus. Es que al artista apenas tocó suelo en la capital de la Costera. Llegó a Valencia apenas tres horas antes del recital, a las 18 horas y a bordo de su avión privado. En el aeropuerto de Manises le esperaba un Mercedes S 500 que le trasladó al coso, donde unos módulos de una firma local estaban equipados como camerino. Sin lujos ostentosos pero con todas las comodidades. Fue bajarse del escenario, descansar unos minutos y el mismo coche que le trajo se lo llevó a Valencia para volar rumbo al norte de Europa y dormir a bordo del jet. Por supuesto que ante un ritmo de trabajo tan al límite, el cantante no atendió ninguna petición de los fans.
La plaza presentó una gran entrada. Pero no fue el reventón que se esperaba. En los laterales del anillo superior había calvas. Y en el albero, los espectadores de pie abarrotaban la franja de delante del escenario. Pero en otras zona de la arena quedaba espacio para circular sin apreturas. En esa zona la entrada costaba 45 euros. En los tendidos, 65. Y en la franja central de la grada, en una zona VIP, 145.