Guillermo Barber, concejal del PP de Gandia, no ha querido esperar a la votación a la que estaban convocados los 110 concejales del Partido Judicial de Gandia para determinar quién era el representante popular en la Diputació de València. El domingo anunció que renunciaba a la seguir en la carrera y así deja en solitario a Avelino Mascarell, el flamante alcalde de Xeraco que acaba de conseguir la mayoría absoluta de su ayuntamiento. En el día de hoy, por lo tanto, no será necesario que los concejales acudan a votar. La gestora provincial del PP comunicará a la Junta Electoral de Zona que solo hay un candidato para aspirar a ser diputado provincial y, en el momento que corresponda, se le proclamará oficialmente.

Pero Mascarell, como anunció este periódico, no será diputado los próximos cuatro años. El alcalde xeraquero, en un gesto insólito hasta ahora, llegó a un acuerdo con la alcaldesa del Ràfol de Salem, Carolina Mengual, para repartirse la legislatura a partes iguales. Mascarell dimitirá en el verano de 2021, cuando hayan transcurrido dos años en el cargo, que pasará a manos de Mengual hasta el verano de 2023, cuando acabe la legislatura. Según señaló en su día el alcalde de Xeraco, con ese gesto político se pretende que dos alcaldes, uno de la Safor y otra de la Vall d'Albaida, visibilicen a esas dos comarcas en la diputación y que puedan preocuparse más detalladamente de los problemas de los municipios a los que representan.

La votación que ya no tendrá lugar para decidir entre Barber y Mascarell habría puesto sobre la mesa las fuerzas que cada uno de ellos tiene en entre los concejales del PP de la Safor (salvo la Valldigna) y en los diez municipios de la Vall d'Albaida que pertenecen al Partido Judicial de Gandia. Mascarell consiguió más avales y, además de contar con la confianza de los concejales de la Vall, gracias al acuerdo con Mengual, también tiene el apoyo de Javier Planes, alcalde de Daimús y referente en el PP.