El esfuerzo de los ayuntamientos por sanear las cuentas dejando atrás los vicios del pasado se ha traducido en un gigantesco descenso de la deuda bancaria durante los últimos cuatro años. Solo en la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, el pasivo municipal se ha rebajado en 28 millones de euros. Al comienzo de la pasada legislatura, en 2015, los 61 consistorios de las tres comarcas acumulaban unos compromisos financieros pendientes de devolución por importe de 97,4 millones de euros. A 1 de enero de 2019, ese volumen de deuda viva se había reducido un 29,3%, hasta los 68,85 millones, según los últimos datos aireados por el Ministerio de Hacienda.
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Solo en 2018, el pasivo de las corporaciones locales en el territorio retrocedió en 10 millones de euros, un 12%. En el último mandato, la deuda financiera se ha recortado en todos los municipios salvo en Vallada, donde el agujero monstruoso originado por el fiasco del megaparque estratégico de Valpark ha crecido en 2,9 millones de euros desde 2015, hasta los 24,5 millones. Vallada ya es el segundo ayuntamiento con más deuda per cápita de España: cada uno de sus 3.000 vecinos saldría a pagar 8.000 euros si los compromisos financieros del pueblo se repartieran a escote entre sus habitantes.
En el reverso de la moneda, 26 entidades locales de la Costera, la Canal y la Vall no deben nada a los bancos. Una docena de ellas han liquidado todo el pasivo que tenían contraído durante el último mandato. En este privilegiado listado se cuelan los consistorios de Llutxent, Fontanars, Chella o la Llosa de Ranes, que han amortizado cada uno cantidades cercanas al medio millón de euros en los últimos cuatro años. Les siguen Atzeneta d'Albaida, Moixent, Montesa, Montitxelvo, Pinet, Llanera de Ranes, Beniatjar, Bèlgida y Bocairent, que en abril se sumó al carro al destinar su superávit a cancelar toda la deuda pendiente. A punto de entrar en la tabla se ha quedado El Genovés, con una rebaja del pasivo del 91%. Otros ayuntamientos se han mantenido toda legislatura libres de compromisos financieros: es el caso de Canals, Otos, Salem, Sempere, Terrateig, Rotglà, Millares, Agullent,Alfarrasí, Aielo de Rugat, Barxeta, Beniatjar y Bicorp.
En términos netos, Ontinyent es la localidad que más ha reducido su deuda, hasta dejarla a la mitad: de los 13,7 millones én créditos que arrastraba en 2015 a los 7,3 de 2019. Le sigue Xàtiva, que ha recortado el pasivo un 37,4%, de 15,5 millones a 9,65 millones. El anterior gobierno municipal de Compromís en l'Olleria lo redujo un 64%, en 2,5 millones de euros. En Enguera, el ejecutivo del PSOE también lo rebajó a casi a la mitad, de 3,3 millones a 1,7.
Por encima del 50% también han reducido la deuda Estubeny, la Font de la Figuera, Guadassèquies, Vallés, Quesa, Ràfol de Salem, Bolbaite o l'Alcúdia de Crespins, donde la coalición PSPV-Compromís ha recortado el pasivo bancario 1,3 millones de euros en la última legislatura. Anna también ha hecho los deberes en estos 4 años, con una disminución de 875.000 euros en los compromisos financieros pendientes.
Trece pueblos superan la media
Junto a Vallada, Torrella se mantiene como la población con más deuda por habitante (2.376 euros) tras reducirla solo un 11% desde 2015. Le sigue Albaida, con un pasivo de 1.442 euros per cápita que subió ligeramente en 2018 después de tres años de bajadas. Castelló de Rugat, Benissuera y Novetlè, en cambio, han conseguido situarse ligeramente por debajo de la barrera psicológica de los 1.000 euros por habitante por primera vez en mucho tiempo. Estos tres ayuntamientos superan con creces la media estatal de deuda per cápita, de 490 euros, junto a Quesa (503 €/hab.), Navarrés (776 €/hab.), la Pobla del Duc (738 €), El Palomar (532), Llocnou d'En Fenollet (684), Cerdà (495), Bellús (610) y Anna (687). El pasivo por habitante en las tres comarcas ronda los 390 euros, una cifra en caída libre en los últimos años. En 2018 se redujo en 59 euros.
