Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Subirse el sueldo en el primer pleno

en los pasados días este diario se ha venido haciendo eco de las primeras medidas tomadas por algunos gobernantes municipales de la Vall d'Albaida salidos de los comicios el pasado 26M. Así, leíamos el pasado sábado que «Boluda (PP) cobrará el doble que Juli Juan en Montaverner». Concretamente, recibirá un sueldo de 23.300 euros «por una dedicación del 70% de la jornada». Nada del otro jueves, sino fuera porque los 11.450 euros de retribución que percibía el anterior alcalde de Compromís eran tachados por los populares con el estigma de que iban a «llenarse los bolsillos».

Otro titular decía: «El portavoz de los socialistas de Albaida afea al alcalde Albert que se suba el sueldo». Si no fuera porque el horno económico municipal albaidí aún no está para bollos, después de la política de tierra quemada que sembró el Atila político llamado PP. Josep Albert (Compromís) percibirá un 10% más que anteriormente, por lo que sumará 42.000 euros anuales. Lo que no quita para que el portavoz socialista, Josep Penadés, haya mostrado su rechazo a ello y a las indemnizaciones que percibirán los concejales. El del PSPV denuncia que lo primero del nuevo mandato haya sido el sueldo, amparado en su mayoría absoluta.

Pero la palma salarial de la comarca se la lleva Ontinyent., como ya ha sido comentado en una tribuna anterior. Acontece que cuando un grupo político, o algún infiltrado ideólogo, renuncia a ideologías o las desdeña, mala barraca. Porque entonces hace emerger los bíblicos vellocinos de oro, o como el poema de Quevedo que canta Paco Ibáñez : «poderoso caballero es don dinero». Y en esta suerte de alucinación política en la que anda sumida Ontinyent, conviene evocar parte de la alocución de Nicolau Calabuig, de Compromís, en el transcurso del pleno de investidura del 15 de junio ya que la mayoría absoluta que obtuvo la candidatura de Jorge Rodríguez es formalmente legal. Pero cabe matizar que apenas si consiguió 144 votos más que cuando encabezó la lista del PSPV-PSOE, hace cuatro años. Por lo que la suma de votos, como le recordó Calabuig, fue de 12.223.

Esa legitimidad quedó oscurecida por una abstención del 30%. Equivalente a 8.000 persones que no fueron a votar, más las 6.000 que optaron por otras fuerzas políticas. Si tenemos en cuenta que el censo total de votantes ontinyentins era de 26.740, llegamos a la conclusión de que Rodríguez gobierna con el respaldo explícito de menos de la mitad de sufragios ciudadanos. Debido a la Ley d'Hont y otras normas electorales, La Vall Ens Uneix obtuvo 17 regidores. Pero si hubiera primado el voto equitativo, hubiese obtenido doce, equiparándose al PP y Compromís. A los que cada concejal les costó un millar de votos. Pero el juego democrático, hoy por hoy, es así. Otro asunto que el Estado debería normalizar son las remuneraciones de los políticos municipales. Imponiendo unos mínimos y unos máximos, según el censo de cada municipio. Así se terminarían las arbitrariedades y los agravios comparativos, como recurso justificativo..

Caixa Ontinyent, tacita a tacita. Sin grandes alardes ni espectacularidades, que Caixa Ontinyent haga público su beneficio neto, cifrado en un incremento del 17,83% hasta el pasado mes de mayo, evidencia que la Caixa de les Comarques sigue en su buena línea y tiene cuerda para rato. La apuesta por una nueva APP para clientes y de otros medios digitales como la Apple Pay son síntomas de que mira hacia el futuro. La Fundació Caixa Ontinyent o la recuperación de las actividades del Monte de Piedad esperan.

Compartir el artículo

stats