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Música

Paquito D'Rivera sienta cátedra

El músico cubano impartió ayer una clase magistral en la Llosa de Ranes

Paquito D'Rivera, anoche en la Llosa de Ranes junto al pianista Pepe Rivero. perales iborra

El auditorio Mestre Tortosa de la Llosa de Ranes se vistió de gala ayer para recibir a uno de los mejores intérpretes de jazz latino, Paquito D'Rivera, el saxofonista y clarinetista de la Habana que tantos recitales ha dado por todo el mundo. Acompañado por el pianista Pepe Rivero, vino para ofrecer una clase magistral impulsada por la Fundació Sanganxa y Yamaha con la colaboración del consistorio que preside Evarist Aznar.

«Cuando desde la banda del pueblo dijeron que Paquito D'Rivera iba a ofrecer una clase aquí, no me lo podía creer; tenía que venir» explicaba ayer Anna Lopéz, una vecina de la Llosa que no se ha querido perder esta oportunidad ya que, como ella misma explicaba, «es uno de los grandes a quien he seguido durante mucho tiempo gracias a mi padre», decía.

Para D'Rivera, la música también es algo familiar y, en especial, muy ligado a su padre ya que este también fue un gran músico. «Él me dio mucha disciplina, casi militar. Algo que me ha ayudado mucho en mi carrera», explicaba a Levante-EMV ayer instantes antes de empezar la clase.

Nada más acercarte a los camerinos te trasladas a Cuba al escucharle practicar apartado de los focos. Una camiseta rosa es lo único que da color en el escenario, sin faltar el gran acompañamiento, que en ocasiones gana protagonismo, del maestro Rivero. El ritmo inunda el auditorio pero D'Rivera lo tiene claro: el jazz es improvisación y como tal, también tiene que haber interacción con el público y así lo hizo ayer. Las preguntas se intercalan con anécdotas familiares y, de este modo, el intérprete trasladaba al público no solo su música sino también sus amplios conocimientos. «Siento un gran respeto por Valencia; en el siglo XIX fueron muchos los músicos valencianos que vinieron a La Habana a enseñar a tocar instrumentos, sobretodo de viento y, gracias a ellos, que eran muy buenos, conseguimos una gran música en el Nuevo Mundo», aseguraba

D'Rivera y la Llosa de Ranes se fundieron ayer en una clase única en la que el cubano pudo interactuar ante un auditorio lleno de saxofonistas y clarinetistas, a partes iguales, con los ojos y los oídos muy abiertos y entregados a la sabiduría artística de este célebre intérprete que con 71 años sigue siendo uno de las grandes figuras del jazz latino y las músicas de fusión.

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