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Deficiencias

La presa de Escalona arrastra problemas de seguridad desde su puesta en marcha

La CHJ licita por 108.000 euros un análisis en profundidad sobre las deficiencias de cimentación antes de actuar

La presa de Escalona, en una imagen captada desde el castillo de Navarrés, a finales de junio. perales iborra

La presa de laminación de Escalona se construyó hace un cuarto de siglo con la misión de evitar que volvieran a repetirse los mayúsculos daños ocasionados por la pantanada de Tous. Desde su puesta en marcha, sin embargo, el embalse ubicado en término de Navarrés arrastra una serie de deficiencias en la cimentación que, aunque pasan inadvertidas en unas condiciones normales de explotación, podrían llegar a representar un problema de seguridad en caso de un llenado repentino.

Las inspecciones y auscultaciones anuales practicadas en la presa desde su construcción «han demostrado que el comportamiento hidráulico no resulta satisfactorio», debido fundamentalmente a que «la pantalla de impermeabilización del embalse no funciona adecuadamente». Estas observaciones figuran en una memoria elaborada por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y son la piedra angular del concurso público promovido por el organismo para adjudicar a una consultora externa un contrato presupuestado en 108.562 euros y dirigido a analizar de forma pormenorizada la problemática, con tal de explorar las distintas soluciones posibles, aplazadas durante años.

Los numerosos estudios de control y seguimiento efectuados hasta la fecha revelan que la eficacia del sistema de drenaje en el plano de contacto presa-cimiento es «prácticamente nula», puesto que «registra presiones y caudales mucho más altos de los deseables», una circunstancia que «afecta a la seguridad estructural de la presa» y que obliga a mantener las condiciones actuales de explotación con el NMN (el máximo nivel que puede alcanzar el agua del embalse en un régimen normal de explotación) a la altura del desagüe intermedio, el cual permanece constantemente abierto». En cambio, los desagües de la galería inferior o perimetral se mantienen siempre totalmente cerrados.

La memoria der la CHJ advierte de que «se han de tener en cuenta las características climáticas, hidráulicas e hidrológicas de la zona geográfica donde se encuentra la presa», puesto que es «probable» que, «tras un episodio de lluvias extraordinario, se produzca una crecida rápida del río Escalona». En consecuencia, «la presa ha de estar preparada y ser segura ante un posible llenado repentino del embalse», el cual «provocaría un rápido aumento de las tensiones».

En 2004, una UTE de ingeniería identificó hasta 8 zonas de riesgo potencial en las que podrían producirse deslizamientos con volúmenes movilizados grandes de agua, a tiempo que aconsejó realizar mapeos geológicos de detalle para «analizar las condiciones puntuales de estabilidad». El estudio resaltó que, «en la actualidad y con un emblase que no sobrepasa la cota de 140 metros, las condiciones geotécnicas de la zona no ponen de manifiesto la presencia de grandes riesgos ni de espectaculares movimientos posibles». La UTE, eso sí, advirtió de «riesgos potenciales en caso de un nivel de embalse alto, por encima de la cota de 160». En 2011, la Dirección de Aguas coincidió en que la situación de la presa «no entraña peligro siempre y cuando se mantengan los desagües intermedios abiertos con las actuales condiciones de explotación», aunque emplazó a desplegar una serie de intervenciones. Dos revisiones más recientes, en 2016 y 2017, señalaron la necesidad de actuar «a la mayor brevedad posible», extremando el control sobre «posibles movimientos».

Externalización

La CHJ ve «prioritaria» la reparación e intensificación de la pantalla de impermeabilización. Actuar en la zona de cimentación permitiría «una mejora tanto en la estabilidad como en la explotación de la presa», dado que» podría volver a aumentarse el nivel máximo de agua embalsada en condiciones seguridad». Sin embargo, debido a su «ausencia de medios humanos y materiales», la Confederación ha tenido que externalizar una serie de trabajos previos que incluyen minuciosos estudios, sondeos y ensayos para analizar las condiciones actuales de estabilidad de Escalona y su grado de resistencia en condiciones extremas. La consultora que se adjudique el contrato deberá presentar, en el plazo de 12 meses, un análisis pormenorizado del coste-beneficio de las distintas alternativas de actuación posibles, con vistas a elegir la «más eficaz desde el punto de vista de la seguridad y la más rentable desde el punto de vista económico». Desde su puesta en marcha, en el embalse se han ejecutado importantes tratamientos de fisuras y trabajos de consolidación e impermeabilización mediante inyecciones en profundidad para corregir carencias.

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