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Cainismo entre Pspv y Compromís

Aunque las causas son diversas y hay que pormenorizarlas en cada municipio, lo que sí se evidencia tras el 26M es que sobra cainismo y falta la empatía que se les supone a dos formaciones políticas que dicen abanderar el progresismo. Digo del PSPV-PSOE y Compromís, que en municipios como Benigànim, Atzeneta d'Albaida y también Castelló de Rugat, pero menos, deben tener a sus respectivos votantes con la mosca tras la oreja. Impotentes para comprender por qué, cuando no es uno es el otro, el que corta unos puentes tan próximos.

El caso más notorio es Benigànim. Por su censo de población. Esta edición de Levante EMV se ha venido haciendo eco desde que afloraron las primeras discrepancias. El primer resbalón se detectó a la hora de alcanzar la alcaldía los socialistas. Pero en minoría para gobernar. Ya que en el tira y afloja por ostentar Cultura por parte de Compromís, no se avinieron a llegar a un acuerdo necesario. Lo que a todas luces implica un fracaso compartido por ambos partidos. Pero es que a renglón seguido se publicaba esta espoleta: «PP y Compromís bloquean el gobierno de Benigànim al tumbar el sueldo de la alcaldesa». Y como dice el acervo público con las cosas de comer no se juega. Así que la alcaldesa, Amparo Canals, ni corta ni perezosa «abría la puerta a renunciar al cargo». El motivo no parece tener apelación: «no poder volver a su puesto de funcionaria municipal si no mantiene la dedicación exclusiva porque es incompatible». Que el portavoz de Compromís, Josep Calero, se justifique diciendo que «no están en desacuerdo con el fondo, pero sí en las formas» respecto a la propuesta de sueldos, es contradictorio. Como bien es sabido, obras son amores y no buenas razones. Por lo que no pueden hacer la pinza con el PP y después hablar de consensuar y de «seguir dialogando», lo que implica una negación que se compadece mal con el voto de progreso. En el fondo lo que se está primando es «colocar» a un afín, recurriendo al chantaje político, a costa de perder, en la praxis, las señas de identidad, con las que concurrieron a los comicios. Por eso ante la nota de prensa de Compromís, no son pocos los que esperan más «diálogo» y «acuerdos y gobierno de progreso».

Otro enconamiento se detecta en Atzeneta d'Albaida. Allí, al parecer el PSPV que lidera José Descals (pero que por su talante igual podría encabezar una formación de derechas) obra otro dislate. Desnudo de avales ideológicos, y seguramente sobrado de argumentos viscerales, ha ignorado a Compromís a la hora de formar gobierno. Y todo a favor del PP. Culminando su desficaci al concederle un representante al PP en la Mancomunitat, pese a que dicha patada al culo iba a parar a su propio partido, que así ve menguar su representación en el organismo comarcal. Veremos quién le pone el cascabel a este gato falto de corretja, ante unos representantes de Compromís que tampoco habrían sabido estar a la altura.

También en Castelló de Rugat la pérfida pinza PP-Compromís volvía a repetirse, al rechazarle «la propuesta al PSPV de liberar a dos concejalas». Los de Compromís parecen abrigar resentimientos contra el alcalde Antonio Esquinas, ya que al no tener la mayoría absoluta, por afinidad de programas deberían actuar con lealtad. Urge sentarse, ambas partes, y alcanzar acuerdos razonables.

En los tres municipios deberían escarmentar con lo acontecido a ambas formaciones en l'Olleria y Montaverner, donde las sonoras discrepancias entre uno y otro partido, acaecidas durante el cuatrienio anterior, los vecinos las castigaron el pasado 26M dándole la mayoría absoluta al PP.

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