En plena canícula estival, la balsa antiincendios de la Fuente del Pino, en la sierra de Enguera, dista mucho de estar al 100% de su capacidad. La falta de lluvias, las altas temperaturas y -muy probablemente- el carácter obsoleto de la infraestructura influyen en que el volumen de agua almacenada se haya visto reducido notablemente. El 10 de julio, el grupo socialista de la localidad trasladó la cuestión al centro del debate político con el registro de una instancia en el ayuntamiento que emplazaba al llenado urgente de la balsa a través de camiones cuba, en un escenario de máxima alerta por riesgo de incendios forestales. Según los cálculos de esta formación, el depósito estaría a la mitad de su capacidad y podría recibir hasta 100.000 litros adicionales de agua.
Con esta aportación, cuyo coste el PSOE cifra en 1.000 euros, «los helicópteros podrían repostar cien veces», teniendo en cuenta que la carga de los medios aéreos de extinción conocidos como «bambis» es de unos 1.000 litros de agua, sostienen. «Si la balsa no se llena en estos momentos, el «bambi» solo podría cargar el 50%, ya que, cuando la profundidad es menor de 1,5 metros, solo podría recoger 500 litros por bambi», advierten las mismas fuentes. En las inmediaciones hay tres balsas antiincendios más en un radio de tres a cinco kilómetros, ubicadas en el campamento de la Generalitat, el camping de Los Carasoles y la Matea. Pero desde las filas socialistas subrayan la necesidad de reforzar la seguridad en la zona «de alto valor ecológico» en la que se sitúa la instalación de la Fuente del Pino (en la partida de la Cañada Molina), próxima a los términos de Almansa y La Font de la Figuera, donde «abundan grandes pinares».
El problema es que la gestión, el mantenimiento y el rellenado de esta balsas es competencia de Vaersa, la empresa pública de la Generalitat. El PSOE, sin embargo, ve «poca gestión e interés» de la Concejalía de Medio Ambiente de Enguera y considera que «el importe del llenado se puede realizar por medios propios del ayuntamiento». Nada que ver con la postura defendida por el equipo de gobierno del PP, que tacha de oportunistas las críticas de la oposición y enumera los trámites efectuados por el consistorio. «Ni mucho menos ha habido dejadez. El día siguiente de recibir por registro de entrada el escrito [del PSOE] comunicamos directamente la cuestión a los técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente para que vieran el tema y realizaran las actuaciones oportunas de rellenado», asegura la alcaldesa de Enguera, Matilde Marín. La munícipe resalta que la administración autonómica es la «autoridad competente» para «decidir cómo actuar» en función de criterios de eficiencia y eficacia» con perspectiva global.
El regidor de Medio Ambiente, Fernando García, reduce al 25% la cantidad de agua que le faltaría al depósito de Fuente del Pino y agrega que planteó personalmente sus dudas respecto al mismo en una reunión mantenida hace escasos quince días con el coordinador jefe de Vaersa. «Se trata de un problema antiguo que tienen contemplado. Me dijo que si comprueban que no hay una fuga y que no reviste peligrosidad, rellenarán la balsa», aclara García. El edil incide en que, hasta ahora, el recurso se llenaba con los aportes de una fuente natural, pero la sequía ha hecho que los problemas se repitan en los últimos años. Además, el concejal hace hincapié en que el depósito es de chapa, está «más bien caduco y reviste alguna peligrosidad», puesto que «está podrido por la parte en la que más presión tiene el agua». De ahí que, a su juicio, «tiene mal arreglo».
Pendientes de la viabilidad
En cualquier caso, García limita el papel de la balsa enfatizando que en la zona «hay suficientes puntos de agua», uno de los cuales sitúa a «menos de dos kilómetros». «Cuantos más haya, mejor, pero hay que sopesar la situación y estamos pendientes de que los técnicos nos digan si la balsa tiene viabilidad», sentencia el concejal.
