c uando detecté el oídio en la viña, gracias a Rafa Ribera que estaba haciendo el tratamiento en la finca, llamé inmediatamente al técnico de la Cooperativa La Viña Nacho Vitoria para informarle de que unas parcelas de la finca, concretamente la cabernet sauvignon estaban afectadas y que me indicara los pasos a seguir, pues nunca me había encontrado en esta situación. Cuando se lo comenté, me dijo que este año era un año muy malo para el cabernet, pues se habían detectado otros casos similares en otras parcelas también afectadas por el oidio.

Nosotros lo detectamos en el sarmiento, sin embargo, puede atacar a cualquier parte de la vid como las hojas o los racimos. En este último caso, su tratamiento es muy complicado porque ya ha avanzado mucho el hongo y poco o nada se puede hacer para frenarlo. Las temperaturas altas son letales para el oídio. También cuando comienza el envero, uno de los ciclos de maduración, se para la epidemia. Las lluvias, a diferencia de lo que ocurre con el mildiu, detienen la plaga. Pero como en el campo nunca llueve a gusto de todos, el excso de agua pueden provocar botritis o podredumbre en el racimo.

La cabernet sauvignon es muy sensible al oídio y al mildiu. Hay otras variedades que son más resistentes a contraer este hongo como la syrah. En mi caso, se da la circunstancia añadida de que la planta tiene mucha vegetación, con lo cual el hongo encuentra refugio para propagarse y es más difícil de detectar a simple vista.

La temperatura y la humedad ambiental son factores que influyen decisivamente en su desarrollo futuro. Así, las nieblas o el rocío de la mañana favorecen su propagación. En Fontanars, por las mañanas se registran temperaturas que pueden oscilar entre los 14º y los 35º. Hay productos como el cobre o el azufre para tratar este hongo, sin embargo, la apuesta a largo y medio plazo es apostar por variedades híbridas inmunes a enfermedades fúngicas como éstas, que reduzcan el uso de productos fitosanitarios en el campo.

Otra muerte a bordo del tractor. Un nuevo agricultor ha fallecido este pasado domingo tras volcar el tractor que conducía. La víctima tenía 38 años. El hombre era vecino del municipio de Castroverde, en la provincia de Lugo. Se da la circunstancia de que su hermano iba detrás en otro tractor en el momento del accidente.

Las estadísticas son terribles. Todos los años mueren en España entre 60 y 70 personas como consecuencia de los accidentes de tractor. Galicia es la comunidad que más accidentes registra. El parque de este tipo de vehículos en toda España es muy antiguo. Un tercio de los tractores no tiene sistema antivuelco. Casi la mitad de los accidentes se debe al vuelco del vehículo. Las muertes se ceban en las personas jubiladas de más de 65 años, según las estadísticas.

Los tractores matan, pero pueden ser menos letales si se toman medidas de protección, se renueva el parque de maquinaria que es obsoleto y se sensibiliza a los usuarios sobre el alto riesgo que entraña su conducción porque muchas veces el exceso de confianza está detrás de un accidente.

Conducir un tractor solo por fincas agrícolas no necesita ningún tipo de permiso. Cualquiera lo puede conducir, con el consiguiente riesgo. El experto López Gallego, autor de un estudio sobre la siniestralidad relacionada con el uso de tractores recomienda que se reglamente el acceso a este tipo de vehículos mediante una formación teórico práctica mínima que incluya la seguridad laboral. También propone una inspección técnica para aquellos vehículos que no circulan por las vías públicas. Todo lo que se haga para alertar de estos peligros es poco si se consigue salvar una vida.