q ué bonito y nostálgico es el recordar, de vez en cuando y con fotos como la que ilustra este artículo, la que fue en otra época una vida tan distinta a la que ahora vivimos. Así lo siento y así me ocurre muy frecuentemente, cuando percibo esta necesidad sentimental: la inclinación de hacer muy a menudo un alto en el camino, repasar los álbumes que poseo y ojear una y otra vez las muchas fotos que tengo de otros tiempos: no se si es la nostalgia, el romanticismo o que ya "chocheo" lo que me lleva e incita a retroceder a las épocas de otros momentos de la vida. En este caso la de aquella juventud ya lejana, volver la mente al pasado sospesando las diferencias.

Esta foto que aquí muestro corresponde a un día de pascua en la Xàtiva de 1956, poco tiempo antes de que Tino Escudero se hiciera figura del fútbol profesional, llegó hasta jugar en el Real Madrid; o el de unos años después, cuando coincidí en el hotel Fénix de Madrid con los Beatles. Fueron unos tiempos, aquellos, donde existía otro tipo de vínculo en las relaciones de amistad entre las personas y la sociedad en general; tan distinta en varios aspectos a las de hoy. Sin decir con esto que sea mejor ni peor, pero si muy diferente ahora a ese 1956, dado que en un trayecto tan largo de vida pasada (desde entonces, más de 60 años) suelen cambiar muchísimo los comportamientos y pensamientos de las personas y la convivencia social en general; pues lógicamente el curso del tiempo lleva por sus muchas circunstancias a cambios económicos y culturales. Cambios, como era el ir a la zona de Bixquert a pie, dado que los automóviles y la buena economía estaban aún por llegar, como también ocurría con los de otros muchos avances que todavía por venir y que ahora disfrutamos plenamente. También ligado a lo que antecede, algún tiempo después a la foto (en abril de 1959), recuerdo otra curiosa circunstancia. Cuando me encontraba una mañana por la plaza Cataluña de Barcelona y vi una avalancha de gente dirigiéndose a la otra parte de la plaza. Se trataba del sepelio del catalán Joaquín Blume, el laureado deportista que unos días antes encontró la muerte por accidente de avión junto con su esposa y otros atletas de su equipo. Recuerdos que son ya de mi historia personal, como a la vez también, claro es-tá, de la sociedad en general.

El revivir ahora aquellas circunstancias y todas mis vivencias, alguna de pura casualidad, tanto como ciudadano, en el hogar, en la familia y la vida en general, me lleva otra vez al recuerdo de ver a las mujeres con el pan o la cazuela de arroz para cocer, camino del horno por las calles antiguas de Xàtiva: las de Puig, Caldes o Fumeral, el barrio donde yo residía. También era frecuente encontrarte día a día con vecinos y vecinas con pozales, cántaros o botijos hacia las fuentes públicas para rellenar agua al no disponer en las casas de agua directa. Qué diferencia aquella vida a la de estos tiempos. Da la sensación de sentir cómo si uno tuviera más de una vida o una reencarnación.

Seguro que a los lectores de este artículo en edad similar a los de la foto les resultarán familiares las personas que aparecen en la misma, incluida la mía. Aunque tan solo les sirva este modesto recordatorio como valor nostálgico, puesto que ya son pocos los que van quedando de aquella generación. Aún así, me atrevo a asegurar de que serán muy satisfactorios y emotivos estos recuerdos para todos aquellos mayores que, como yo, aún estamos aquí sobreviviendo y contándolo.