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Salicornios

Por las tardes, para no aburrirme, voy a un campo de viña joven de garnacha tintorera que tengo plantado en la finca a quitar salicornios. Cada uno se entretiene como quiere. Muchos de ustedes igual por el nombre no lo conocen, pero si les digo que es la típica bola seca de pinchos que sale rodando en las películas del oeste, igual sí.

Son una auténtica plaga, se reproducen por doquier. Dan sensación de abandono. Incluso si los arrancas vuelven a enraizar. Es difícil acabar con ellos. Lo mejor es labrar los campos cuando son pequeños. Esperar a que se hagan grandes es un error porque luego cuando labras embozas el cultivador y es todavía peor. Entre los meses de junio y julio empiezan a germinar. Cuando ya son grandes, date por perdido. La semilla del salicornio se propaga con mucha facilidad. En algunos sitios lo llaman pincha perros porque los perros salen detrás de ellos corriendo cuando ruedan por los campos.

Suelen prodigarse mucho en las siembras de girasol, pero también en otros cultivos. Como todas las malas hierbas, no necesitan agua y se reproducen con mucha facilidad. Da igual que llueva o haga un sol del carajo. Si dejas un campo yermo es fácil que cuando vayas solo veas bolas gigantes y se hayan comido todo el bancal.

Yo tengo el campo infectado de salicornios porque me llueven de todos lados. Lo suyo es una vez los has recogido hacer una pila con ellos y quemarlos. Pocos lo hacen. Es más cómodo dejar que se sequen y esperar que el viento se encargue de propagarlos a los campos adyacentes.

El salicornio se usa para fines medicinales; dicen que las infusiones extraídas de él son buenas para las enfermedades hepáticas. Quien no se consuela es porque no quiere. Pero probaré una de esas pócimas a ver si por lo menos se me pasa el cabreo...

Inhumano. Seguramente muchos me criticarán por lo que voy a decir ya que no tengo a ningún refugiado en mi casa, que es el reproche común que se ha puesto de moda. Pero me parece inhumano lo que está ocurriendo en el Mediterráneo con el barco de la ONG española Open Arms. Solo se ha permitido que desembarquen las personas enfermas. Conforme pasan los días la situación se complica. Las noches son terribles y los nervios están a flor de piel, como reconocen algunos de los voluntarios. Esta gente huye de sus países de la miseria y la hambruna en busca de un futuro mejor como haríamos cualquiera de nosotros. Son países que están en guerra. Son seres humanos. Dentro de ese barco van personas. Gracias al trabajo que desarrollan estas ONG se han salvado muchas vidas, aún así el Mediterráneo se ha convertido en un gran cementerio que ha enterrado la ilusión y la esperanza de miles de migrantes, que buscaban un futuro mejor para ellos y sus familias.

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