La estadística de la conselleria contabiliza en 2018 un total de 190 accidentes en las carreteras autonómicas de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, un 7,7% menos que el año anterior. El balance, sin embargo, fue de cuatro muertos -uno más que en 2017-, 15 heridos graves y 60 heridos leves.
Después de la CV-60 y la CV-610, la CV-81 es la vía que registra una mayor siniestralidad, con 23 accidentes en el trazado entre Ontinyent y Bocairent, uno de los cuales se cobró un fallecido y un herido grave. En el tramo inicial de esta carretera que une la Vall d'Albaida con Alicante se han estado ejecutando esta semana obras de estabilización de taludes para mejorar la seguridad vial. Después de 4 días cortado al tráfico, el trazado volvió a reabrirse ayer tarde.
Otra de las víctimas de 2018 en las tres comarcas perdió la vida en la CV-660, que enlaza Ontinyent, Fontanars y la Font de la Figuera y registra un balance total de 12 accidentes. Otros dos ocupantes de un vehículo perdieron la vida en la carretera de Enguera, la CV-590, donde hasta su conexión con Rotglà el recuento marca 13 siniestros viales con 10 heridos.
En el principal acceso a Xàtiva, la CV-58, las cifras de siniestralidad vial se han reducido desde que se ejecutaron actuaciones que impiden los adelantamientos y se instalaron nuevas glorietas. En 2018 se produjeron 17 accidentes con 2 heridos leves, frente a los 27 accidentes de 2017. En la CV-585, entre Enguera y l'Acúdia de Crespins, se contabilizan 11 accidentes y un herido grave, mientras que en la CV-645 de Xàtiva a Novetlè hubo 12, uno de ellos con un fallecido . En la CV-620 entre Alfarrasí y Bellús la cifra de siniestros alcanza los 14, con dos heridos graves, mientras que en la CV-650 Aielo-Ontinyent se registran 9 accidentes, por los 8 de la CV-62 de Albaida y los 4 de la carretera de Vallés y Cerdà.
