el anterior fin de semana tuvo lugar la Fira Gastronòmica de la Vall d'Albaida, en l'Olleria. Esta iniciativa, que llegaba a su 20ª edición, la organiza la Mancomunitat de Municipis de la Vall con el fin de impulsar los productos gastronómicos de la comarca. El lunes pasado también la mancomunidad presentó la XXXV Mostra Internacional de Titelles a la Vall d'Albaida, en el Palau de la Vila de Ontinyent. Y así varios otros eventos programados, que ya funcionan mecánicamente, a toque de hoja de calendario. Por lo que podrá parecer que la Mancomunitat de la Vall puede funcionar sin ninguna representación política. Aunque formalmente la gobiernen, en funciones, los mismos consellers del cuatrienio anterior. Dado que, pese a haber transcurrido cinco meses después de las últimas elecciones municipales, aún sigue sin constituirse el nuevo gobierno a no ser que el próximo miércoles se desatasque todo por fin en la sesión constitutiva prevista. Así las cosas, la figura de un gerente eficaz que pilote el día a día de la Mancomunitat se hace cada vez más necesaria. Porque políticos, repito, no los hay aún o están en la prórroga todavía.

Aunque al exterior no han salido demasiados detalles sobre las desavenencias, un análisis de algunas intervenciones del pleno de septiembre revela que las diferencias tenían poco fuste. Porque si al portavoz de Compromís, Josep A. Albert, se le podría adjudicar cierta responsabilidad en el bloqueo al enrocarse en «gestionar la perrera y que ésta estuviera adscrita al área de Medio Ambiente», como dijo, las razones expuestas por el candidato a repetir en la presidencia, Vicent Gomar, en el sentido de mantenerse firme en el acuerdo que había alcanzado con Compromís, así como seguir con el ofrecimiento de las carteras de Educación y Agricultura a La Vall Ens Uneix, arrojan muchas dudas. Lo mismo cabe decir del portavoz socialista, Antonio Esquinas, al insistir en que la perrera comarcal estaba adscrita a Agricultura «como había sido tradicional en este organismo». En estas mismas páginas, hoy, Levante-EMV aporta novedades.

¿Por qué unos y otros no dicen la verdad del fondo del asunto? ¿La persistencia de Compromís en la canera, obedecería a que se quiere acabar ya con el chiringuito familiar que tiene montado en ella el alcalde del Palomar, el antes socialista y ahora de La Vall ens Uneix?

El que venga detrás... En otro orden de cosas, el ya mencionado alcalde de Albaida tampoco parece andar demasiado fino menospreciando los necesarios consensos. Así sucedió recientemente, según el comunicado lanzado por los socialistas, en la oposición. En el cual le recriminaban al gobierno municipal haber aprobado «unilateralmente» alargar diez años la deuda de más de 6,6 millones de euros que se había de liquidar en 2027 y que, ahora, podrá hacerse en 2037 y con mucha menos carga anual.