Lucrecia Borja, la hija del papa Alejandro VI, logró en vida desprenderse de la terrible fama de sus enemigos. Su leyenda negra ya la acompañaba desde su nacimiento. Y en el XIX llegarían la invención y los clichés. Pero el profesor Antoni Martínez Revert señalaba anoche en su intervención en el ciclo organizado por Amics de la Costera que «resulta alentador saber que en vida consiguió el pasar de ser, en opinión de sus enemigos, la prostituta del papa, en Roma, a ser considerada la madre del pueblo, en Ferrara», el punto final de su atribulada existencia.
Presentado por el escritor Toni Cucarella, el profesor y escritor disertó sobre la relación entre Lucrècia y la literatura. Su interés por la familia Borgia ya ha dado frutos literarios con anterioridad: en 2000 ganó el premio de poesía Ibn Hazm con Tríptic poètic Borgià i más recientemente, en 2016, clausuró el congreso Els Borja en l'art con la propuesta teatral Juí als Borja además de intervenir como ponente en aquella iniciativa.
«La consideración literaria sobre la familia y especialmente sobre Lucrècia „subrayaba a noche Martínez„ ha pasado de ser infamante e injusta a considerarse con una perspectiva histórica que la acerca más a la realidad y pone en valor la significación de una familia que desde Xàtiva llegó a Roma para dejar huella e incidir en la historia europea y del mundo», destacó Martínez Revert ayer en su intervención en el salón de plenos de la Mancomunitat de la Costera-la Canal, en el Antic Hospital.
Organizado con motivo del quinto centenario de la muerte de Lucrecia Borja, el ciclo promovido por la Associació d'Amics de la Costera arrancó con hace dos semanas con la intervención de uno de los estudiosos de referencia de los Borja, Joan Francesc Mira.
