Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Queremos que la Fira sea una referencia, que todos encuentren razones para venir»

Jorge Rodríguez, en las escaleras de acceso al Maova. perales iborra

La edición del 600.º aniversario de la Fira de Ontinyent fue un «punto de inflexión». El consistorio encara las próximas ediciones con la voluntad de que siga creciendo de la mano de los colectivos locales, según destaca el primer edil de la capital de la Vall d'Albaida. La que empieza hoy es la primera de las ferias del futuro.

El alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, subraya la importancia de que la Fira de Novembre mantenga su carácter tradicional. No obstante, aún hay margen para el crecimiento. El proyecto del consistorio contempla una agenda ferial para todos los públicos, de la que puedan disfrutar de la Fira también los que ya no son usuarios de las atracciones. Las actuaciones musicales de la Fira Jove son el último paso en esta dirección.

La Fira empieza hoy, pero hace ya tiempo que las atracciones están funcionando.

Sí, desde hace un par de semanas más o menos. Los coches de choque vienen muy pronto, y tardan muchísimo en irse. Al final están aquí un mes y medio, y es una buena muestra del gran éxito que consiguen, de la cantidad de gente que acaba acudiendo a subir a las atracciones.

¿Qué balance hace de la Fira del año pasado, en el 600º aniversario?

Fue una edición muy importante, porque supuso para nosotros un punto de inflexión. Repensamos toda la Fira, alrededor de dos ejes: por un lado, tenía que mantener su carácter tradicional, pero imbuirse al mismo tiempo de la modernidad a la que obligan los nuevos tiempos. Y por otro, tenía que ser una Fira muy ontinyentina, que se construyese alrededor de las asociaciones locales, la gastronomía local...

¿Y en la programación han quedado actos que beban de lo implantado entonces?

Todo el cambio de imagen es definitivo. Más allá de eso, la voluntad de que las entidades locales formen parte de la Fira se sigue plasmando, y 18 comercios tendrán su espacio. A la gastronomía de la ciudad también se le dio un papel, que repite este año: ocho restaurantes estarán representados. De una u otra manera, muchas de las cosas que hemos ido ideando se han visto reflejadas en la Fira.

El mal tiempo impidió que se celebrase el acto de inauguración. ¿Qué está previsto para esta tarde?

Tradicionalmente siempre se ha hecho algo muy sencillo, pero queremos potenciarlo. Se realizará la lectura del Privilegi Real por el que se autorizó la Fira de Ontinyent, y se celebrará un pasacalle, con actuaciones de las dos academias de baile de la ciudad, Opera y Masters, y de un grupo de música.

¿Se le quiere dotar de un cariz de esos renovados «grandes eventos»?

Al menos, de un carácter festivo. La Fira es, en puridad, la única fiesta de Ontinyent que organiza el ayuntamiento. Hasta hace poco, lo único que hacíamos era licitar quién se quedaba las atracciones, y ahí se acababa nuestro trabajo. Ahora, lo que intentamos es que la Fira se convierta en una referencia, con capacidad de atracción y atractivos para todas las edades, no solo para los usuarios de las atracciones.

¿Cómo se lleva a buen puerto esa voluntad?

Para nosotros era importante suplir las posibles carencias de la programación. Hay una edad determinada a partir de la cual ya no te apetece subir a las atracciones, y tampoco tienes hijos con los que tienes que ir. Así que había que completar la oferta, pensando en ese rango de edad, de los 20 a los 40 años. Así, los pequeños pueden ir las atracciones y la programación infantil, y por otro los jóvenes pueden ir a un concierto, a tomarse una copa o comerse una tapa, con independencia de ir o no a las atracciones.

En la búsqueda de poder acoger a todo tipo de público aparece una novedad este año, los «Días sin ruido».

La asociación Inclou-Tea nos planteó el año pasado la posibilidad de implantar un día sin ruido. Al final celebraremos dos, el lunes de Fira y el domingo siguiente. Tanto la asociación como nosotros estamos muy satisfechos por la iniciativa, y la recepción de los feriantes ha sido magnífica. Será una experiencia interesante, la de vivir una feria sin ruido.

¿Se ha estudiado el impacto de la Fira en la población?

El impacto económico de la Fira no está valorado, aunque sería interesante. El impacto social es evidente que es enorme, con mucha gente que viene de fuera, y los propios ontinyentins, que aprovechan para reunirse con los amigos, la familia y salir a la calle. Es una fecha muy esperada, se respira un ambiente parecido al del día de la cabalgata de reyes.

Hemos visto las novedades implantadas tras el 600º aniversario. Ahora, ¿cuál es el plan a largo plazo para la Fira?

La idea es darle mucho protagonismo a la gente que hace pueblo. Firauto, por ejemplo, empezó como un añadido experimental. Este año, en la séptima edición, ya habrá 3.500 m2 reservados, más de 500 coches y motos y 24 expositores. Ha ido creciendo, porque el sector de la automoción local ha visto que era interesante. Queremos fomentar que pase lo mismo con la parte comercial, en la que participan las tiendas de Ontinyent, y en la gastronómica. Que la Fira vaya creciendo en torno a esos dos ejes, que todavía están por explotar.

¿Y el recinto ferial es el definitivo?

Sí. Es cierto que hemos ampliado la Fira, pero en el espacio actual tenemos margen para ir creciendo.

Compartir el artículo

stats