S i no cambian las cosas la temporada se nos va a hacer muy larga, muy, muy larga. Tiene razón el entrenador del Olímpic, Abel Buades, cuando asegura que quienes tienen más ganas de hacer bien las cosas son los jugadores y el cuerpo técnico porque a todos les interesa hacer la mejor temporada posible, continúen o no la próxima temporada en el club. Lo tengo claro. Como también tengo claro que el sentimiento que ahora tengo es el de resignación mezclado con el de incertidumbre.
Resignación porque cuando no son pitos son flautas, cuando no es un error individual es la actitud del grupo, cuando no es el acierto del rival es jugar entre semana (todos jugaron entre semana)? Y sobre todo porque no ganamos a nadie, llevamos 18 puntos, tres sobre el descenso. Esa es la realidad.
Todo puede cambiar, es cierto. A tiempo se está de casi todo, aunque no se puede decir que ese «entorno» que rodea al grupo ayude. El Atzeneta solo lleva tres puntos más que el Olímpic pero aspira a promoción y ficha esta semana a Nacho Porcar. Su discurso es no renunciar a nada y ayudar en lo que se pueda. En el Olímpic se dan bajas, se destituye a entrenadores, los jefes deciden que el mes empieza el día 15 y no el día 1, la comunicación para asuntos «importantes» es por WhatsApp, y nada se sabe de asamblea de socios, de modificación de estatutos, de elecciones y lo de la SAD está enterrado... Loable el esfuerzo de algunos por buscar dinero para el club hasta debajo de las piedras?
Y no hay otra alternativa posible. Por eso, lo escrito: resignación porque vamos camino de firmar una temporada mediocre y larga, sin una ilusión deportiva, incertidumbre porque no sé hacia dónde va el club. De momento la lista de personas que han intentado ayudar y trabajar en el club y han sido eliminados va en aumento. Habrá más. Y aquel que siempre permanece es quien nunca está. Tal vez 2020 nos sea más provechoso? ¡eso espero!
