La mayoría de vecinos de Ontinyent no distingue el agua del grifo de la embotellada por marcas conocidas. Así se desprende de las más de 250 catas ciegas realizadas dentro de la campaña Aigua d'Ontinyent, per a beure, per a viure, con la que el ayuntamiento y la empresa Egevasa tratan de acabar con los «falsos mitos» de que el agua propia tiene peor gusto que la embotellada, para promover así su consumo entre la población y reducir el impacto ambiental de los envases de plástico.

Esta es una de las principales conclusiones obtenidas en estas catas, realizadas en el Mercat Municipal, la Escola d'Adults, en el acto de inauguración de la campaña del agua en el Palau de la Vila, así como en el recinto ferial durante la celebración de la Fira de Novembre. Estas pruebas incluían tres muestras en jarras de vidrio, una de ellas era agua de suministro público y las otras dos, embotelladas por marcas conocidas. Las muestras de las tres jarras se servían en vasos de cartón, con orden distinto en cada cata.

Una vez probadas las muestras por el catador, los organizadores realizaban diversas preguntas a los participantes, como por ejemplo si era bebedor habitual de agua del grifo; si, tras probar todas las muestras, les era complicado o fácil distinguir el agua del grifo del resto; y si podían identificar cuál creían que era la del grifo. Finalmente, una vez identificaba, se les pedía que realizaran una valoración de esta agua.

Al formularles la primera pregunta, el 61 % de los catadores se declaraba bebedor de agua del grifo, mientras que el 39 % dijeron beber aguas embotelladas. Con la segunda pregunta, el 60 % indicaron que no notaban gran diferencia entre las tres aguas probadas. El 50 % de los encuestados no identificaron finalmente la muestra de agua del grifo; mientras que un 31 % sí supo identificarla, ya que dijeron que eran bebedores habituales de esta. Por último, el 93 % de los que probaron las muestras de agua valoró positivamente la del grifo de Ontinyent: el 55 % indicó, una vez identificada la del grifo, que les gustaría que fuera su agua de bebida diaria; y el 38 % la aceptaría como su agua diaria, destacó ayer el consistorio.

Agua controlada y analizada

La concejala de Medi Ambient y coordinadora de la campaña, Sayo Gandia, explicaba ayer que los resultados de las catas «demuestran que el agua de suministro público de Ontinyent es un producto de calidad y muy parecido a las aguas embotelladas más conocidas. Además, como ya explicamos en la campaña, supone un ahorro para la economía de las familias y un elemento de lucha contra el cambio climático». Gandia incidió en que el agua del grifo «está perfectamente controlada y analizada constantemente por Egevasa, ayuntamiento y autoridades sanitarias», concluyó.