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Patrimonio

Los 900.000 euros que han dejado como herencia Carmen y Angelita

Dos hermanas solteras de Xàtiva fallecidas a los 91 y 88 años legan a la Iglesia y para "obras pías" una casa, dos pisos y dinero en el banco - Un tercer hermano, sacerdote, murió en 2016 con 96 años

A la izquierda, Carmen y Angelita. A la derecha, la Merced de Xàtiva, uno de los destinos de la herencia.

Decir de las hermanas Ortega que eran personas de profundas convicciones religiosas es quedarse corto. Carmen y Angelita, fallecidas en 2018 y 2019, eran dos beatas tradicionales; dos mujeres solteras con un fervor católico supremo: Radio María como única emisora en casa, el televisor siempre sintonizado en el canal Trece; misa diaria, rezo innegociable del rosario a las cinco, una intensa vida parroquial y vela en todos los entierros. A ese ambiente cristiano contribuía, desde la distancia, el hermano de ambas, José, sacerdote fallecido en 2016. Así que tras la muerte del último de los tres no ha sido una sorpresa que la práctica totalidad de su patrimonio tenga como destino la Iglesia.

Lo que quizá ha sorprendido es el montante del testamento: una cantidad entre bienes inmuebles y dinero en el banco que roza los 900.000 euros (897.612). Se podía intuir que tres personas con trabajo (cura, modista y enfermera), solteros y sin hijos puedan llegar a ahorrar bastante. Pero la cantidad final no la acertaba casi nadie.

El Arzobispado de Valencia, Manos Unidas de Valencia y la parroquia de la Merced y Santa Tecla de Xàtiva son los principales beneficiarios. Un sobrino segundo recibe una parte. Y otra cantidad señalada con un impreciso «obras pías» la gestionará finalmente la Generalitat Valenciana con fines sociales. De ese dinero, 84.000 euros ya están en camino de dos de sus beneficiarios: el colectivo para el cuidado de enfermos mentales Acofem 13 y la asociación Aspromivise, ambos radicados en Xàtiva.

En su testamento, Angelita Ortega Perales lega al Arzobispado de Valencia un piso en la Albereda de Jaume I de Xàtiva (la mejor zona de la ciudad) y la mitad del dinero de sus cuentas corrientes en Bankia y el BBVA «con la finalidad de destinarlo a las misiones». Por otro lado, lega a la parroquia de la Merced su 50% de la casa de la plaza del Olmo. Y dispone que la otra mitad del dinero y valores existentes en las cuentas vayan a «sufragios y obras pías en beneficio de su alma». El valor conjunto de las dos propiedades y el dinero suma casi medio millón: 496.057 euros.

Como en el punto del testamento en el que lega el dinero a obras pías no especifica un destinatario concreto, en aplicación del artículo 747 del Código Civil le ha correspondido a la Conselleria d'Igualtat i Polítiques Inclusives de la Generalitat Valenciana asumir y gestionar esa parte de la herencia. Y ha acordado el ya reseñado reparto de 84.459 euros al 50% entre Acofem y Aspromivise. La Merced ya ha anunciado que vende la casa y destinará el dinero a diversas reparaciones en el templo.

Carmen, por su parte, lega en su testamento un piso en la plaza de la Bassa de Xàtiva a Manos Unidas de Valencia. A Cáritas de la parroquia de la Merced entrega la otra mitad de la casa de la plaza del Olmo. Al Arzobispado deja en herencia una tercera parte del dinero y los valores (bonos del tesoro) existentes en dos cuentas corrientes en el BBVA y Bankia. A su sobrino le corresponde otra de las terceras partes de ese dinero. Y el último tercio de esa cantidad lo lega «para sufragios en recuerdo de su alma» y «obras pías». Todo ello suma un líquido de 401.555 euros.

En el quinto punto ocurre lo mismo que con la herencia de su hermana: no hay un destinatario concreto para actos piadosos. En este caso se trata de 42.114 euros y el expediente está en curso para que sea de nuevo la Generalitat quien ejecute el reparto, exclusivamente con fines sociales.

El único familiar con contacto

El sobrino beneficiario del tercio de una parte de la herencia de Carmen no es el único familiar del mismo grado a quien pudieron legar. Pero sí el único que visitaba a las dos con regularidad; las asesoraba y ejercía una cierta vigilancia cuando eran muy ancianas ya que por el piso de ambas llegó a pasar demasiada gente que sabía que pese a su existencia tan austera, tenían muchísimo dinero.

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