A mediados del siglo XIII, en plena reconquista de lo que sería el Reino de Valencia, el rey Jaume I otorgó a Ontinyent, tras conquistar la ciudad en su campaña hasta el castillo de Biar, el título de Vila Reial, una distinción que remarca la importancia con que ya contaba la ciudad en la Edad Media como enclave en el centro de lo que es hoy la Comunitat Valenciana. Desde el mes de septiembre, la capital de la Vall d’Albaida conmemora esta distinción con una variada serie de actos, que en esta celebración de lo medieval que es el Mercat, como no podía ser de otro modo, también encontraron ayer su eco con dos representaciones que despertaron una gran expectación.
La Plaça de Baix fue el escenario elegido para teatralizar dos representaciones de distintos hechos históricos de la Vila de Ontinyent, de las que se encargaron los miembros de la compañía Reims, de Rafa Miragall. El primero, Jaume I i la conquesta d’Ontinyent, tuvo lugar pasadas las siete y media de la tarde. Con un carácter ameno y divertido, a la manera de los antiguos cuentos de trobadores, el personaje de Jaume I recordó el contexto histórico en que se enmarcó la conquista de Ontinyent y simuló la lucha frente a su rival, el caudillo al-Azraq, por la capital de la Vall d’Albaida. El narrador del envite recordó al cabo lo que significó para Ontinyent su conquista por parte del rey Jaume: «Pasó a ser considerada una de las ciudades más importantes del Reino de València. Jaume I fue, en gran medida, el constructor de una nueva Vall d’Albaida valenciana y europea, integrada en el mundo occidental», relató en su representación.
Las Germanies en Ontinyent
A falta de unos minutos para las nueve tuvo lugar la segunda de estas representaciones, basadas en el trabajo del cronista de la localidad Alfred Bernabéu: Els agermanats d’Ontinyent. Hasta seis personajes se daban cita en esta obra, que contó, con un toque de humor, un episodio de la represión que tuvo lugar contra los nobles revolucionarios agermanats durante la revuelta de Germanies, a principios del siglo XVI, por parte de las autoridades de la Corona, y que derivó en la pérdida de poder de la oligarquía valenciana.
