La medida es estricta y, de hecho, tras acceder al interior de la iglesia hay una cinta a modo de barrera, vigilada, que impide el paso. Tal como pudo comprobar ayer este diario. La Seu ya ha avanzado públicamente a sus fieles que se trata de una medida «necesaria» puesto que los gastos que genera la parroquia «son inasumibles» si no hay otra fuente de ingresos complementarias a las donaciones o las colectas. Especialmente para afrontar el dispendio „con fondos propios„ de los más de 20.000 euros que cuesta reparar la bóveda de la capilla de la Comunión, desprendida en marzo de 2017.
Pero la medida no acaba de gustar en el Ayuntamiento de Xàtiva. Más que nada porque todo indica que la Seu ha ido por libre ya que la regidora de Turismo, Raquel Caballero, está trabajando en la ya anunciada creación de un abono para visitar el castillo, la Seu y los museos. O en la creación de una entrada única al castillo que incluya la posibilidad de visitar la Colegiata también. Además, La Seu está incluida en la ruta Borja. Y estaba pendiente que se incluyera en ella el Palau de l'Ardiaca.
La edil no ocultó ayer, en declaraciones a Levante-EMV, que el cobro de entrada «ya está restando visitas, según me han comentado los guías turísticos. Ya hay gente „aseguró„ que se ha echado atrás al decirles que han de pagar 3 euros cada uno», confesaba ayer. Al tiempo que admitía que cobrar entrada no es la única iglesia monumental que la cobra, pero insiste en que tal vez la medida podía haber sido más consensuada o formar parte del referido abono. «Cobrar es poner en valor algo, en eso estamos de acuerdo. Pero la medida tal vez ha sido apresurada porque se podía haber agrupado todo en dicho abono», insiste Caballero, que recordó que en breve los museos abrirán también los domingos y festivos por las tardes.
Museo Parroquial y torre
La Colegiata ya lleva años cobrando una entrada de un euro por visitar el Museu Parroquial y subir al campanario. Pero, primero, por ser una cantidad pequeña y luego por tratarse de dos recorridos especiales, la gente asumía de buen grado esta tarifa. Sin embargo la visita general al templo estaba exenta. Y ahora la entrada de 3 euros (señalizada en un panel) aclara que incluye el museo, el campanario y el resto de la iglesia. El abad, José Canet, es lógicamente quien ha impuesto la medida. Pero se sospecha que le presionaron desde dentro de la comunidad.
