hace unos días se conoció la noticia de la capitalidad cultural de la Comunitat Valenciana, otorgada por la Generalitat, entre los meses abril de 2020 y abril de 2021 para los municipios de Bocairent y Alcoi. Sorprendía una vez más que la histórica ciudad de Xàtiva, con su potente legado monumental y cultural, quedara fuera de la designación en la ya cuarta edición de esta distinción del gobierno valenciano. Gandia, Sagunt y Potries, Altea y Vilafranca, y ahora Bocairent y Alcoi, han sido las elegidas entre las poblaciones de menos y de más de 5.000 habitantes, por la Conselleria de Cultura, a través de una comisión evaluadora integrada por la ecretaria autonómica de Cultura y Deporte, la dirección general de Cultura y Patrimonio, la dirección del Institut Valencià de Cultura, las jefaturas de servicios territoriales de Cultura de Alicante, Castelló y València, así como representantes del Consell Valencià de Cultura, la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, la entidad Turismo Comunitat Valenciana y las universidades valencianas.

Parece increíble que la que fuera durante siglos segunda ciudad del Reino de Valencia, cuna del papel en Europa, patria de los papas Borja y del pintor Españoleto, defensora sacrificada en llamas de la perdida identidad foral valenciana y con una decena de monumentos nacionales en el segundo conjunto histórico más extenso de las tierras valencianas, siga fuera de esta designación del Consell. Claro que, prestando atención a lo trasladado en algunos medios, se puede entender este resultado absurdo que perjudica de manera especial a la difusión y dinamización cultural y turística de Xàtiva, ya que parece que la máxima autoridad municipal dejó entrever en el pleno que la ciudad no había presentado candidatura y argumentó, con una prepotencia y falta de humildad, tan criticada en gobiernos anteriores, y seguida a pies juntillas, en una entrevista en una emisora local, por su concejala delegada en la materia, poco más o menos, que ni falta que le hacía a la ciudad la distinción. Lamentable.

Aprovechar sinergias. Lamentable, decimos. Y más si se tiene en cuenta la magna e interesante exposición presentada en Valencia este pasado jueves „pero se supone programada desde hace meses„, e ideal para articular una imbatible candidatura de Xàtiva a capital cultural de la Comunitat Valenciana. Una exposición antológica, que bajo el título Alfaro a Xàtiva. Diàleg amb la Història, abrirá al público entre los meses de abril a julio de este año, y recogerá algunas de las mejores piezas escultóricas de este destacado creador valenciano en espacios emblemáticos y edificios históricos de la ciudad de Xàtiva.

La declaración de capital cultural de la Comunitat Valenciana es un reconocimiento de ámbito autonómico que destaca la importancia que los municipios valencianos dan a la cultura y supone un hito que contribuye a la atracción de visitantes. Las candidaturas que se presentan suelen incidir en su potencial respecto a su historia y patrimonio, tradiciones y cultura popular, artes plásticas y visuales, artes escénicas, lectura y literatura, y música. Con la misma, se quiere promover, desde la Generalitat, una descentralización de la oferta cultural, potenciar la relación entre la política cultural valenciana y los agentes de todo su territorio, garantizando un acceso universal a la cultura. Como sello anual creado por la conselleria Cultura de la Generalitat, con imagen propia, para incentivar la vertebración de la cultura, reconoce a los municipios que destacan por hacer una apuesta firme por la cultura como instrumento de cohesión social y fomento económico.

Al margen del error de la ciudad por no articular una competitiva candidatura „para la que hay mimbres de sobra„, el problema es el ninguneo cultural, en las ediciones que si se presentó, de un gobierno autonómico, cuyo conseller de cultura y directora general de Patrimonio, ni se sabe la última vez que pisaron, para interesarse por él, el valioso conjunto histórico-artístico de Xàtiva.