El tiempo no acompañaba y se notó en la afluencia de visitantes. No dejaron de ser muchos, muchísimos más que las 46 personas censadas en la pedanía que alberga la cita, pero el hormiguero en que se convertía Torrent de Fenollet en otros años no era tal esta vez. Con todo, el Porrat de Torrent, la feria más efímera de la Costera, no falló a su cita y, como en el primer viernes del mes de marzo desde hace mucho tiempo, esta pedanía situada entre Llanera de Ranes y Rotglà i Corberà se convirtió en el lugar de encuentro de miles de personas de toda la comarca.

Se trata de una feria atípica, ya que dura solo un día: cuando el Sol ya ilumina por la mañana la comarca de la Costera desde el este, las casetas aún no se han montado, y cuando vuelve a oscurecer, éstas ya se han ido. A pesar de ello, la gran afluencia de personas que logra convocar el Porrat hace que feriantes de toda la Comunitat Valenciana tengan marcado en rojo el primer viernes de marzo para acudir al Porrat. En el de este año los había incluso de Zaragoza: Antonio e Isabel, regentes de una caseta de dulces, eran dos de los feriantes más solicitados. «Nosotros», comentaba Antonio, « hace ya cuatro o cinco años que venimos. El viaje vale la pena, porque siempre viene muchísima gente. Este año menos, el día ha salido feo, pero aún es mucha», valoraba. Más por la tarde que por la mañana, según explicaba otro feriante, también de nombre Antonio, en el que era su primer año en el Porrat. De Santa Pola, afirmó que era más habitual para él ir a ferias medievales, pero que el viernes acudió a la feria «para cubrir el fin de semana, animado por su reputación».

La ermita de Torrent de Fenollet, que preside la pedanía a pocos metros de la A-7, es una parada obligada para los visitantes. Decenas de ellos compraron la vela solidaria con la que la parroquia va a sufragar una nueva campana para sustituir a la antigua Fonedor, una obra esculpida el año 1738 y que, tal y como anunció el párroco en la misa matutina, se exhibirá de ahora en adelante como pieza museística. Los visitantes más habituales se despedían apenados de ella: no en vano, vienen escuchando su sonido en cada Porrat desde acudían cuando eran niños, con sus padres, a pie desde Xàtiva, Canals o la Llosa de Ranes. Hoy, el Porrat de Torrent sigue contando con un gran éxito entre los jóvenes: los más pequeños acaban con las existencias de manzanas endulzadas y martillos de caramelo, dos dulces típicos del encuentro, mientras que los adolescentes comparten la tarde con los festeros y festeras de Rotglà i Corberà y Llanera de Ranes en una barra con música y bebida.