Teresa Lozano y Zúa Méndez forman Towanda Rebels, un canal presente en varias redes sociales y con miles de seguidores, a través del que divulgan postulados feministas y realizan campañas de comunicación. Hoy, a las ocho de la tarde en la Sala Gomis de Ontinyent, en la que explorarán la coyuntura por la que atraviesa el movimiento.

P ¿Qué se encontrarán quienes acudan a la conferencia de hoy?

R Nos hemos propuesto crear un espacio de encuentro para las mujeres, a nivel local, para debatir y lanzar proyectos conjuntos. También realizar un repaso a la agenda actual del movimiento feminista, que atraviesa en este momento su cuarta ola, y poner el foco sobre las líneas actuales de reivindicación. Pondremos mucha atención sobre las compañeras de Latinoamérica, que están llevando a cabo una lucha contra la violencia sexual y los feminicidios que están sufriendo. También hablaremos sobre la propuesta de ley para la libertad sexual de las mujeres que pondrá en marcha España, y los debates que han surgido en torno a ella.

P Uno de estos focos de debate es la prostitución. Ustedes se declaran abolicionistas.

R Realmente, el feminismo siempre ha sido abolicionista. Entre los argumentos de las primeras feministas ya aparecía la abolición de la prostitución. Es cierto que en los últimos 20 años han surgido debates sobre su regularización. Nosotras, en la línea de las referentes del movimiento, entendemos la prostitución como una de las formas más extremas de violencia contra la mujer, en un sistema en el que estamos subordinadas a los hombres. Decir que prostituirse es una elección libre, en una sociedad en la que no somos libres, es aventurado. Las abolicionistas realizan este análisis, y consideramos a las mujeres prostituidas como víctimas, y a los proxenetas y puteros como victimarios. A veces se dice que vamos contra las mujeres, pero nada más lejos de la realidad: entre nuestras filas hay exprostitutas, que están luchando por el final de esta esclavitud.

P De hecho su vídeo viral al respecto, Hola Putero

R Planteamos aquel vídeo según el postulado abolicionista, como una interpelación directa a los proxenetas y puteros, no a las mujeres que ejercen. Lanzamos un mensaje claro y contundente, y hablábamos de si los hombres tienen derecho a comprarnos; sin embargo, el debate acabó planteándose contra otras mujeres, y ellos fueron obviados. Resulta interesante esto. Hay quien busca mostrar toda reivindicación feminista como una discusión de mujeres, cuando la prostitución, por ejemplo, es un problema creado por hombres, que afecta a mujeres.

P La mercantilización de los cuerpos es otro de sus focos de crítica. En este sentido, hace dos semanas, la intervención de Anna Pacheco en Operación Triunfo provocó muchas reacciones al poner en cuarentena el acercamiento neoliberal al feminismo. ¿Están de acuerdo con ella?

R No hemos escuchado sus declaraciones, pero siguiendo el hilo, no podemos estar más de acuerdo. Ana de Miguel tiene un libro, Neoliberalismo sexual, en el que desgrana cómo nos intentan colar como libertades individuales lo que solo son muestras de la estructura de opresión contra la mujer. Si abordamos todo debate en términos de discusión individual y meritocracias, estamos invisibilizando esa opresión. Damos por bueno que una mujer negra lesbiana de África tiene las mismas oportunidades que tú, y esto no es así. Y es muy importante no caer en los topicazos y separar el feminismo de estas reivindicaciones neoliberales: si yo tengo una empresa de ropa, en la que exploto a niñas, probablemente seré una mujer empoderada económicamente, pero para nada soy un ejemplo de mujer feminista. Si decimos que el feminismo es una cosa, y su contraria, se perderá el espíritu del movimiento.

P En este sentido la gestación subrogada, otro de sus focos de crítica, es defendida por muchas mujeres como una decisión individual.

R El neoliberalismo solo habla del individuo, y la libertad individual. Según la teoría capitalista, la oferta y la demanda rigen la vida, y si una mujer decide ofrecer su vientre, y otra lo compra, ¿quién soy yo pata meterme? Pero es una teoría sesgada, ya que falta un análisis del contexto. No son mujeres ricas y blancas las que paren niños para las mujeres de la India, es al revés. Con la gestación subrogada se dan de la mano los tres tipos de opresión: el racismo, el machismo y el clasismo. Las mujeres somos cosificadas para hacer negocio.

P Para abordar estos postulados se requiere de una reflexión profunda; sin embargo, hay muchas personas que aún piensan que el feminismo es tan solo la otra cara de la moneda del machismo. ¿Cómo se plantea la pedagogía para llegar a todo el mundo?

R Es una buena pregunta, y de hecho todo el movimiento feminista está ahora en ello. Se puede observar cierto interés en procurar hacer realidad aquello de "cambiarlo todo para que nada cambie", y en provocar que a la gente no le sea interesante posicionarse como feminista, equiparándolo al machismo. Contra esta dinámica, es necesario incluir la perspectiva de género en la educación. Y reivindicar los referentes femeninos y contar la historia del feminismo, porque al final los derechos que las chicas de este país tienen se han conseguido a través de ello. Cuando te acercas al feminismo sin prejuicios, tan solo observas sentido común, derechos humanos y justicia social. Nadie puede estar en contra de eso.

P ¿Las redes sociales son un buen canal para transmitir estas enseñanzas?

R Pues de hecho, hemos observado un cambio muy importante en el último año. En Instagram, donde somos más activas, hemos visto cómo se nos aplica el shadow banning, para ocultar nuestro contenido, mientras que Youtube está lleno de discursos machistas, y Vox aparece siempre en tendencias. Hay que empezar a plantearse que estas redes, que pensábamos planas e inocentes, también tienen una ideología detrás.

P A las mujeres más mayores, sin tanta presencia en las redes, ¿es más difícil llegar?

R La verdad es que a nuestras charlas acuden un montón de mujeres más mayores. También ayudó nuestro libro (#HolaGuerrera: Alegatos feministas para una revolución, Aguilar), del que muchas mujeres nos dicen que a través de él llegan a otros más profundos, y se forman en el feminismo.

P Al buscar vuestro nombre, el primer resultado era un vídeo de Un Tío Blanco Hetero. Hoy, entre los asistentes a vuestra charla, puede haber consumidores de este tipo de contenido. ¿Cómo llegar a quien se siente atacado por el mensaje feminista?

R Nos hemos visto en estas muchas veces. Incluso nos han comentado al dar charlas en institutos que algunos profesores han puesto el vídeo de este señor antes de nuestra intervención. Bajo nuestro punto de vista, no se puede equiparar su discurso y el nuestro: él va contra personas en concreto, y nosotras hablamos de teoría feminista, y de la vida de las mujeres. Las ideas hay que rebatirlas, reflexionar sobre ellas, pero las personas se deberían respetar. Creemos que toda esta penalización social que recibimos por tomar la palabra dice mucho de la sociedad en que vivimos. Con todo, estamos orgullosas de decir que en nuestras charlas no hemos tenido nunca ningún problema, quien se acerque podrá ver que el feminismo no va contra los hombres, sino que tan solo lucha por la libertad de las mujeres.