Se me hace raro sentarme ante la pantalla y ponerme a escribir del Olímpic. Ante la situación tan excepcional que estamos viviendo, que nos obliga a estar confinados pero con un aluvión de informaciones, se me hace raro detenerme unos minutos a pensar en el fútbol. Se me hace muy raro pensar que lo que ahora escribo no va a ser pasado a tinta y papel. Desde esta modesta columna un abrazo virtual a todos los compañeros y compañeras de profesión y muchos ánimos y por supuesto, también a ustedes, quienes han hecho un clic para leer estas palabras.

La situación «excepcional» del Olímpic, otras veces criticada, se ha vuelto ahora a su favor. Ya ha anunciado que no habrá ERTE, que se pagarán los salarios, incluso las cantidades adeudadas, no tiene gastos de arbitraje, ni de botiquín, y en lo deportivo no ejercerá presión, creo, para pedir que sí o sí se acabe la liga, porque el objetivo deportivo de mínimos, la permanencia, está conseguido; y el aceptable, el quinto o sexto puesto, la verdad es que motiva poco. Se nos escapa la temporada y no nos importa demasiado.

Estos días de confinamiento deberían servir, entre otras muchas cosas, para seguir construyendo el club que al parecer quiere Anuj Gupta, y planificar la próxima temporada. Hay que tratar de aprovechar el tiempo. Puestos a pedir me gustaría que la próxima empezara a tiempo y con la plantilla definida para evitar todas las «pretemporadas» que hemos vivido en ésta.

Si la liga se reanuda será una buena noticia y lo celebraremos, será un dato de vuelta a la normalidad. Este domingo nos tocaría jugar en el Collao ante el líder Alcoyano. Partidazo. No estaremos en el Collao, ¡lástima! Ahora lo que me apetece es volver a sentarme con los habituales en la Murta, con todo, sin que falte nadie, y hacerlo como siempre, pegaditos. Tan pronto como sea posible: ¡nos vemos en la Murta!