En un Domingo de Ramos que no se celebró como suele, con las calles de Albaida vacías, la población no quiso que las campanas que suelen llamar a la fiesta dejasen de sonar. Por ello, y respetando las normas de seguridad impuestas por el estado de alarma, tan solo un campanero subió a lo alto del campanario de la iglesia municipal para voltear una única campana: la Remediet, la más grande del campanario. Según han explicado los miembros de Campaners d'Albaida, se trató de un volteo "especial", para homenajear a las personas "que hacen lo posible para que los demás estén sanos y salvos en sus casas".