Sandra es enfermera, se levanta todos los días a las siete, ya no despierta a sus hijas, les prepara el desayuno y las lleva al colegio porque su rutina ha cambiado. Trabaja en Atención Primaria y no tiene claro con que se va a encontrar hoy, la incertidumbre le mata, el puñetero Covid-19 le ha cambiado la vida.

Antes trabajaba en pediatría, los niños y niñas iban con sus madres o padres, se oían sus lloros y risas en la pequeña sala de espera pero ahora el silencio es casi absoluto, sepulcral, no hay bullicio, suenan los teléfonos y poco más. Ella y sus compañeros de Atención Primaria realizan el seguimiento de pacientes con sintomatología leve de Covid-19 que se encuentran confinados en sus domicilios. Lo hacen a través de la atención telefónica y les ofrecen recomendaciones durante todo el proceso hasta que les dan el alta. Realizan la toma de muestras, desplazándose hasta el domicilio de sus pacientes e incluso, se cambian en plena calle o en el coche para colocarse los trajes de protección.

Desde Atención Primaria extreman las medidas de seguridad cuando van a las casas de los pacientes, para que ellos no tengan que desplazarse, o cuando atienden en el mismo centro. No han olvidado su día a día y continúan dando servicio ante cualquier demanda que se presente y tampoco olvidan a sus pacientes crónicos, ni por supuesto a los mayores de las residencias a las que están dispuestos a reforzar en caso de necesidad.

Tanto Sandra como sus compañeros son una importante e imprescindible barrera de contención que contribuye a evitar la sobrecarga del personal del hospital y el tan temido colapso de las urgencias, están en primera línea y lo saben.

El hospital no descansa

Los casos más graves que no atienden en los centros como el de Sandra van al hospital, el Lluís Alcanyís, ya que el de Ontinyent lo han reservado para otras patologías, ella y sus compañeros piensan que es una decisión acertada, así se minimiza el riesgo de contagio de las personas.

En el hospital los pacientes están al cuidado de equipos multidisciplinares donde tienen especial relevancia los servicios de Urgencias, Medicina Interna, Neumología, Cuidados Intensivos, Prevención de Riesgos, Salud Pública, etc., sin obviar por supuesto al resto, que están a plenamente disponibles y que se han preparado a conciencia para afrontar la crisis sanitaria, a pesar de la falta de medios. Lo están dando todo poniendo en riesgo su salud, trabajando incluso con la duda de saber si se han contagiado o no después de haber estado con compañeros que han dado positivo y volviendo a casa con sus familiares, con la incertidumbre que eso genera.

Dentro del hospital trabaja Yolanda, es TCAE (Técnica en Cuidados Auxiliares de Enfermería) en Urgencias, sale de turno de noche y se siente angustiada, ha sido una dura jornada de 12 horas. Hoy han atendido a una mujer que ha dado positivo a las pruebas de la Covid-19 y ha estado expuesta; el virus les ha engañado a todos, parecía un cuadro digestivo y les ha pillado desprevenidos, cada día descubren nuevas caras del virus, tiene compañeros infectados y no sabe si ella podría estarlo.

Al mando del centro hospitalario están Marga, Rosa, Inma, Conxa, Ricardo, Gerardo y otros tantos, últimamente tienen la sensación de que viven en el hospital, que ahora está desierto, sin gente y todos mantienen las distancias. Hacen jornadas interminables para coordinar y hacer frente a una situación desconocida y tomar decisiones. A veces reciben críticas y no es agradable, se han de adelantar y prever los acontecimientos, no imaginaron que al aceptar el cargo se tendrían que enfrentar a una situación tan dramática.

En muy poco tiempo han reorganizado por completo el hospital aumentando el número de camas disponibles, habilitando algunas incluso en el gimnasio de rehabilitación, se han triplicado prácticamente las camas de UCI, se han organizado equipos de contención y elaborado nuevos protocolos por servicios para combatir la Covid-19. Además, como las circunstancias son cambiantes ello implica también adaptarse a nuevos protocolos. Es difícil saber en qué día de la semana están, los siete son iguales, la maldita Covid-19 no entiende de calendarios.

Aplauso al personal de la sanidad

Todos los estamentos profesionales tanto de Atención Primaria como de especializada se han implicado sin condiciones, facultativos como José Luis y Raquel, enfermeras como y Verónica, fisioterapeutas como Beatriu y Joan, TCAE como Alicia y Amparo, técnicos especialistas como Maica y Enric, celadores como Javier y Rosa, personal administrativo como Cristina y José, de mantenimiento Andrés y Jaime, de seguridad Vicent y Juan Carlos, de lavandería Vicenta y Encarna de, informática Guilem y Pepe, de cocina como Neus y Chelo y personal de limpieza Salva y Pilar y muchos más. Incluso personal jubilado que ha solicitado su reincorporación y todos sin excepción, están afrontando la situación con responsabilidad, profesionalidad y dedicación. Todos merecen nuestro reconocimiento y admiración por su esfuerzo.

La ciudadanía y empresarios también se han implicado uniendo fuerzas, escuché de un miembro del equipo directivo que no podía imaginar que hubiera tanta gente con impresoras 3D, y es que no se han dejado de recibir pantallas faciales protectoras confeccionadas por particulares, mascarillas, EPIS lavables, que a falta de materiales homologados se van a poder utilizar. Así, la asociación empresarial acaba de hacer una donación de 20.000 mascarillas.

Circula en estos días por las redes una cita de la película Senderos de Gloria de Stanley Kubrick: «Dejareis de ser héroes cuando la gente no tenga miedo. Dejareis de ser héroes cuando a los políticos les interese. Ahora sois carne de cañón, por eso os llaman héroes».

Todos estos profesionales hacen su trabajo, no quieren ser héroes, no buscan reconocimiento, solo quieren trabajar en condiciones, que se cuide lo público que al fin y al cabo es de todos y que los políticos no vuelvan a jugar con nuestra salud con más recortes. Para nosotros están teniendo un comportamiento ejemplar y es de justicia que se les reconozca públicamente, ya que pese a los recortes de la sanidad y la falta de inversión mantenida durante años, pese a las insuficientes medidas de protección, pese a la sobrecarga de trabajo, son capaces de poner en riesgo su salud y la de sus familiares para cuidar a sus conciudadanos.

La ciudadanía puede estar tranquila, estamos en buenas manos, las de Sandra, Marian, Víctor, Pilar, Victorià, José Juan, Aurora…del Departamento de Salud Xàtiva-Ontinyent.

Edwin Oliver, delegado de CCOO en el Departamento Xàtiva-Ontinyent.