El grupo de voluntarios Tot anirà bé, en colaboración con el Ayuntamiento de Otos, han repartido mascarillas para todos los niños del municipio de la Vall d’Albaida. El matrimonio formado por Manoli Cabañero y Manolo Moltó han confeccionado en las últimas semanas unas 2.500 mascarillas homologadas, lavables y con tres tallas diferentes según la edad. Unas mascarillas que han sido decoradas con motivo coloristas.

Este jueves, día de Sant Jordi, repartieron las mascarillas entre los menores del pueblo de edades entre los 2 y los 12 años. Una iniciativa llevada a cabo para incrementar las medidas de prevención para evitar el contagio del coronavirus, explican desde el consistorio, ya que a partir de este domingo, 26 de abril, los niños podrán salir de casa con las restricciones determinadas por las autoridades sanitarias y el Ministerio de Sanidad, para hacer un paseo al aire libre después del largo confinamiento.

Manoli y Manolo han cosido unas 2.500 mascarillas que han sido repartidas también al hospital de Gandia, ONGs y en otros municipios valencianos, incluso han llegado a Higueruelas, en Albacete. Las mascarillas han sido confeccionadas con tela aportada por la empresa SH Albaida. En la confección, diseño y acabado de las mascarillas también han intervenido los artistas locales Tino Pla y Elisa Martí, que han pintado el arco iris y decorado los sobres de papel en los que se han entregado las mascarillas, a cargo de voluntarios de Otos.

El Ayuntamiento de Otos ha agradecido «el civismo y la solidaridad» de los vecinos a lo largo de la cuarentena, y especialmente ha destacado la labor de los trabajadores, el esfuerzo de los comercios locales y el trabajo desinteresado de los voluntarios de Tot anirà bé. Este grupo surgió para ayudar en las tareas requeridas durante la crisis sanitaria de la covid-19 y el tiempo de confinamiento, tareas como la desinfección de las calles con tractores agrícolas, ayudar en las compras a las personas mayores, la recogida de la basura en la puerta de las casas de las personas más vulnerables, así como llamadas telefónicas para animar a los que viven solos y el reparto de mascarillas.