La empresa responsable de las obras de renovación de las aceras de la calle Cerdán de Tallada de Xàtiva ultimaba ayer la corrección de uno de los tramos, que presentaba un grado de inclinación excesivo después de la primera intervención. Tal como denunció Levante-EMV, debido al desnivel de la calle y a que muchos portales y accesos a bajos comerciales tienen un escalón de ciertas proporciones, un tramo de la acera ha de tener cierta inclinación lateral entre la línea de fachadas y la calzada. Pero una vez realizada reforma, el desnivel era de pesadilla para personas con movilidad reducida, carros portabebé o especialmente usuarios en silla de ruedas. La inclinación generada con las obras era tal que una usuaria en silla de ruedas hizo una comprobación para este medio, y ésta sufría un extraordinario y peligroso desplazamiento del eje de gravedad.

La integrante de la La Plataforma per la Mobilitat Universal de Xàtiva y conocida activista en defensa de la supresión de barreras arquitectónicas, Dolores Amorós, utilizó el nuevo tramo para demostrar a este periódico que la nueva situación creada era sorprendente. La silla de ruedas motorizada que ella utiliza se veía sometida a una inclinación de más de diez grados al paso por ese tramo recién reconstruido.

El consistorio no ha pasado por alto este notable malestar no ya de personas con movilidad reducida, sino de usuarios en general ante el desatino de tamaña inclinación. Y los operarios de la contrata destruyeron el miércoles la acera recién hecha. Ahora, la inclinación lateral se ha suavizado mucho. Y el desnivel es longitudinal, en sentido descendente hacia el cruce con Gregorio Molina. Una comunidad de vecinos que da directamente al tramo antes tan inclinado ahora tiene una barrera mayor en su acceso al edificio, pero para menguar este efecto adverso se ha rebajado el escalón de la finca.

Las obras han costado alrededor de 75.000 euros y se realizan con fondos procedentes del SOM de la Diputación de Valencia.