Además de las formas en las que la sociedad puede contribuir a la conservación del medio ambiente, el nuevo presidente de Bosc Primigeni Xàtiva quiso destacar la otra cara de la misma moneda: las formas con las que la naturaleza puede contribuir a la mejora de la calidad de vida de los vecinos de la comarca. Lo desarrolló con uno de los problemas más acuciantes de los días de verano en la Costera: los mosquitos. «Una golondrina puede llegar a consumir dos kilos y medio de mosquitos y otros insectos. Cumplen con una función ecológica impresionante. Los pájaros, definitvamente, pueden ser una gran ayuda contra las plagas veraniegas de mosquito tigre», aseveró Germán Molina.
Así pues, pensando en la tarea de potenciar la conciencia ambiental de los vecinos y vecinas de la comarca, Molina incidió en la importancia de que las asociaciones ecológicas como Bosc Primigeni, y también las administraciones, trasladen ideas como esta.
Otra iniciativa que avanzó Molina en este sentido es la publicación de folletos informativos para explicar a la población qué hacer con los polluelos caídos al suelo. «También sería interesante crear puntos donde los anfibios, que también comen muchos insectos, se puedan reproducir. Están machacados, y aumentar su población de forma controlada sería muy beneficioso para la agricultura», añadió Molina. Todo estas iniciativas requerirán de un compromiso por parte de los poderes públicos en el que Molina quiere trabajar desde el inicio de su mandato. «Al final, asociaciones como la nuestra están al pie del cañón. Hemos de trasladar los problemas que existen, y proponer posibles soluciones», sentenció.
