Ser de las pocas fiestas de este 2020 que todavía se celebraron a lo grande y sin la existencia del coronavirus tiene sus desventajas: que 2021 está más cerca que para el resto. Y que enero del nuevo año es, todavía, una fecha que no aporta demasiadas certezas. Así que las próximas fiestas de Sant Antoni Abat de Canals serán insólitas: los festeros y el consistorio han acordado que no habrá cargos. Y que lo poco o mucho de los festejos que la situación permita organizar correrá a cargo del ayuntamiento. Pero... ¿qué hacer con la elección de los festeros, asignados desde hace décadas en algunos casos y con una lista ya cerrada hasta el año 2055? Pues aplazarlos todos un año. Los de 2021 serán los festeros de 2022. Y así sucesivamente, hasta dentro de 35 años. ¿Y la Foguera? No se descarta. Dependerá de la evolución de la pandemia. Pero de hacerla, será también cosa del ayuntamiento.
La decisión de asumir la organización de los actos festivos que la situación sanitaria permita celebrar se oficializó anteanoche, en el pleno ordinario. «Los festeros y festeras de 2021 pasarán a representarnos en 2022, y así correlativamente para el resto de años venideros», explica el ejecutivo que preside Mai Castells en una nota oficial. La moción fue aprobada por unanimidad en una sesión en la que había una representación de los festeros y festeras del próximo año, de los que emerge la figura del Bandera, el Cuiros y la Festera de Gràcia y la Festera de Gràcia Infantil, representaciones que, por lo tanto, no existirán en 2021. Durante las últimas semanas, la concejala de Feria y Fiestas, Celia Bononad, junto con el técnico de fiestas y la alcaldesa han mantenido «varias reuniones con las partes implicadas con el fin de valorar la situación y llegar a un acuerdo con el máximo consenso posible», explican desde el ayuntamiento. Así, la propuesta de aplazar todos los nombramientos existentes hasta 2055 un año más en cada caso «cuenta con el apoyo de los festeros y festeras de 2021 y del 2022, del Consell de la Festa, de la Iglesia, representada por el párroco, Emili Úbeda y de los partidos del gobierno y de la oposición», destacan las mismas fuentes.
Se organizará lo que se pueda
Una vez asumida la organización de la fiesta, el Ayuntamiento de Canals «trabajará para llevar a cabo las celebraciones y actividades que la situación sanitaria permita, siempre con la prioridad de garantizar la seguridad de todos». Algo que, a estas alturas del año, no puede generar todavía ninguna certeza porque igual que el fin del estado de alarma y la remisión de contagios creó una cierta euforia, la población mundial está atenazada por los rebrotes y las posibles segundas oleadas. En todo caso, si el contexto mejorara mucho el consistorio emprendería los primeros actos: la entrà de la soca, la plantà... el próximo diciembre.
