Una representación de los habitantes de las casetas del Camí de Galindo y del Camí del Alba ocuparon los asientos superiores de la Sala Gomis y también aprovecharon el turno abierto de palabra al final de la sesión plenaria para trasladar sus reivindicaciones y pedir a la edil responsable de la gestión del Pou Clar, Sayo Gandia, un mayor control hacia los turistas. Tal y como reseñaron ayer de nuevo a este diario, el exceso de coches aparcados, que en años anteriores era un problema exclusivo de los fines de semana, este año se está produciendo todos los días, con el único cambio del cierre de las dos zonas de aparcamiento.
Sayo Gandia, por su parte, reiteró ayer en declaraciones a este diario su comprensión hacia los vecinos y vecinas de los caminos cercanos al Pou Clar, pero volvió a incidir en que el cierre de los parkings ha supuesto un descenso significativo en el número de asistentes al Pou Clar. «El principal objetivo este año era luchar contra la propagación de la Covid-19», señaló justificando el cierre de los aparcamientos, «si bien es cierto que así se ha generado otro problema, aumentando el tráfico de coches en el Camí de Galindo», reconoció, señalando lo «complicado» de encontrar una solución a este asunto.
Sobre la posibilidad del cierre del Pou Clar, a excepción de que venga motivado por razones sanitarias, Gandia indicó que no se contempla: «Sería la solución fácil. Pero allí va mucha gente de Ontinyent. Y no puedes negarles el acceso a su propio paraje solo porque haya turistas incívicos. Hemos de hacer pedagogía». Gandia aseguró que mantendría el contacto con los vecinos y vecinas de los caminos para seguir trabajando en posibles respuestas al tráfico de coches y anunció que se pondrán en marcha labores de limpieza, dos veces a la semana, de dichos caminos.
