Con la pandemia del coronavirus por medio, cualquier evento que afectase a la vida cotidiana de las tres comarcas queda empequeñecido hasta lo minúsculo. Pero, aunque parezca un recuerdo borroso y lejano, hace apenas once meses una gota fría, tan grave como hacía tiempo que no se producía, azotó el territorio de las comarcas centrales. Los destrozos fueron graves en las infraestructuras y propiedades privadas de multitud de localidades, con daños que alcanzaban un valor de varios millones de euros. Once meses y una pandemia después, con el apoyo financiero de las administraciones supramunicipales, los ayuntamientos de las poblaciones más afectadas empiezan a recuperar y renormalizar el estado de los equipamientos que sufrieron daños en el marco de aquel fuerte temporal.

El último ha sido Moixent, uno de los municipios de la Costera que peor parte se llevaron de la Dana de septiembre, con pérdidas que alcanzaban los cuatro millones de euros. Esta semana, el consistorio pudo acometer los trabajos de limpieza de los sedimentos que anegaban la zona del Font del Roure, un paraje muy querido por los vecinos y que permanecía inaccesible desde que el paso del temporal barriese la población el pasado mes de septiembre. «Todavía queda trabajo por hacer en todo el entorno», advertía el consistorio, «pero desde hoy [por el sábado], la Font del Roure recupera parte de su encanto». Los vecinos y vecinas de la localidad, de este modo, pueden volver a hacer uso de este abrevadero, como han venido haciendo sus padres y abuelos.

En la Font de la Figuera, la Generalitat ya lanzó varias actuaciones en los meses posteriores a la gota fría; no obstante, algunas de las ayudas se han cortado y el propio consistorio está destinando fondos propios para completar algunas obras de reparación. A finales de julio invirtió 60.000 euros provenientes de las arcas municipales para reparar algunos de los caminos del término destrozados por la gota fría, tal como informó días atrás este diario. El Consell Agrari que se celebró en junio determinó el orden de prioridad para la reparación: el Camí de Fosinos, Bovalar, el Camí del Cementeri y el Camí Vell d'Almansa necesitan, por el gran alcance de la obra, la redacción de un proyecto específico y costoso. Los últimos caminos reparados son el Vell de Fontanars, Casa el Pi, Barranc del Papa (les Eres), Vell de la Zafra y Camí de la Casa Molina.

Infraestructuras agrarias

La Conselleria d'Agricultura, por su parte, y tal y como se hizo eco este diario, aprobó en julio una ayuda de 3,2 millones de euros para reparar y recuperar las infraestructuras agrarias dañadas por el temporal en Moixent, Vallada y Ontinyent. Las actuaciones, que alcanzan también a otros municipios de la Vall d'Albaida y la Costera como Bèlgida, Carrícola, Albaida y la Font de la Figuera, permitirán que los agricultores de estas zonas «puedan recuperar, en breve y con plena normalidad, sus actividades de riego tras los graves daños» ocasionados por la DANA, según han destacado desde el departamento autonómico que dirige la consellera Mireia Mollà. Los trabajos, algunos ya finalizados y otros todavía en marcha, se centran en la reparación de acequias, caminos rurales y otras infraestructuras.