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Casa de les dones

Explotación sexual Mar Vicent

La Casa de les Dones fue un compromiso electoral de 2015, que se hizo realidad en 2018. Puede parecer que pasó mucho tiempo entre una cosa y la otra, y así fue en honor a la verdad, pero es mejor obviar esta parte de la historia, dado los plazos de demora, a veces eternos, con los que se cumplen promesas hechas al calor de la campaña y la búsqueda desesperada de votos. Véanse otros retrasos considerables como el del Attilio Bruschetti y su pabellón multiusos, comprometido desde 2017, que ahora está a punto de inaugurarse tras una espera que ni las pirámides. O el Punto de Encuentro Familiar publicitado hace lustros, cuya inauguración se anuncia de forma inminente de tanto en cuanto, por lo menos en media docena de ocasiones, pero que no acaba de ver la luz. O muchos de los acuerdos incluidos en la Xàtiva Violeta que siguen en el limbo de las propuestas suscritas y olvidadas.

Por la Casa de les Dones apostaron en su momento quienes la consideraban necesaria para evidenciar que Xàtiva es una ciudad habitada por hombres y mujeres, que conviven bien avenidos, en plácida y gratificante compañía, velando para que ningún hombre sea sujeto de más derechos, ni ninguna mujer, por serlo, tenga menos oportunidades. Así de sencilla es la igualdad.

Pero también hubo quienes se dedicaron a poner piedras en el camino, a celebrarlo con la boca pequeña, vaticinando un futuro corto y una utilidad cuestionable a un proyecto que nació afrontando reticencias y desconfianzas. Pese a todo, fruto del esfuerzo de asociaciones de mujeres, del Consell de les Dones y con la imprescindible complicidad política, la antaño Ferroviaria se convirtió en la Casa de les Dones e inició su trayectoria en mayo de 2018, fecha de su inauguración.

Su modelo de funcionamiento no se ajusta exactamente a alguna idea preexistente que imaginaba una Casa menos de la «institución» y más de las asociaciones, pero la que no se consuela es porque no quiere y hay que pensar que el tiempo y la experiencia servirán para identificar las mejores opciones, sacarle el máximo rendimiento como espacio de convivencia, desarrollo personal, aprendizaje y participación de las mujeres. No hay que perder la esperanza. Arrancó con alguna limitación en materia de accesibilidad, que tras una espera a veces desesperante, ha sido superada.

La buena noticia de reciente publicación se refiere al refuerzo realizado en relación a la plantilla de personal que a día de hoy se ha multiplicado por cinco, ya que se cuenta con una agente de igualdad, un trabajador social, un psicólogo, una promotora de igualdad y una socióloga. Su presencia ha de ser garantía de la mejora de sus programaciones y el aumento de los servicios prestados que podrán ser mejores y beneficiar a más vecinas de la ciudad. Porque para eso sirve el empleo público, ese que muchos demonizan sin darse cuenta de que más personal implica mejores prestaciones y servicios públicos para la sufrida y muda ciudadanía.

Solo es necesario, ahora que se cuenta con recursos personales cuya formación y predisposición es suficiente, que se afronte con ambición y sin complejos el desafío de hacer de la Casa de les Dones un verdadero motor de igualdad para la ciudad. Con la necesaria dirección política, es posible conseguir la participación comprometida de las mujeres setabenses en la defensa de los derechos y oportunidades que a ninguna mujer se deberían negar. En los tiempos que corren es necesario apreciar en su justa medida las buenas noticias, porque no suelen abundar.

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