Un puente del Pilar que en la Comunitat Valenciana era acueducto con el 9 d’Octubre. Un turismo de proximidad que parece reactivado. Un oratge que invita a venir a Xàtiva más ahora que en agosto o en julio. Quizá el complemento de la muestra de Andreu Alfaro. La promoción del recinto con visitas teatralizadas... «Tal vez una conjunción de todo eso», admite el alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, es lo que ha provocado este fin de semana que el Castell registre una afluencia de visitas desbordante. El consistorio proporcionará hoy martes cifras detalladas. Pero el primer edil avanzó ayer una a Levante-EMV: el domingo pasaron por la fortaleza 2.089 personas. «Estamos hablando de entradas vendidas», recalcó, ya que hay un acceso al castillo que no computa: el del servicio provisional de cafetería. El viernes y el sábado se estima que fueron unas 1.500 personas cada día. Al cierre de esta edición, ayer acudieron unas 1.140. En conjunto, desde el viernes más de 6.000 visitantes.
«Estamos muy satisfechos. Creo que superar las dos mil personas en un solo día demuestra que el castillo es un gran atractivo para el turismo de proximidad, que es el que ahora parece que está funcionando», añadía el alcalde. Sin conocer todavía al detalle los balances, el primer edil calcula que «alrededor de tres cuartas partes de los visitantes de estos días son de la provincia de Valencia, de comarcas cercanas. La gente prefiere viajar cerca en esta situación en la que nos encontramos, y creo que el castillo ha sido una elección para muchos de esos turistas», añadía ayer.
Cerdà señaló que las cifras del castillo «tienen su reflejo» en la hostelería. Y aseguró que algunos de estos días, sobretodo ayer lunes y el domingo, «era bastante difícil encontrar mesa en los restaurantes. Y en algunos, imposible», destacó. «Estamos hablando de repercusión en la economía local ya que una familia viene a Xàtiva, compra las entradas, come o cena en un restaurante, consume en una heladería o en una pastelería...», resume.
Pero cuidado con el exceso de éxito. La afluencia de visitantes los dos días fuertes ha ocasionado un acúmulo de coches como pocas veces se había visto. La hilera de automóviles estacionados comenzaba nada más pasar la verja de acceso a la subida, junto a Montsant. Por lo que lo que decenas de visitantes tuvieron que subir a pie hasta la fortaleza. Es fácil imaginar el caos de vehículos entre los aparcados en los márgenes, los que probaban suerte más arriba y debían regresar porque no había sitio así como el ir y venir del trenet turístico. El edil de Policía Local, Juan Giner, admitía ayer que la situación «se desbordó» el domingo. «Fue algo que ha sorprendido a propios y extraños. Increíble». Por eso ayer lunes envió a varios efectivos, «incluido el jefe de policía, Antonio Collado, uniformado, para que lo controlaran un poco». Tanto Giner como el alcalde avanzaron que estudiarán algún tipo de medida para evitarlo en lo sucesivo.
El alcalde añadió que «es curioso porque dicen que el incremento de coches se debe a que la gente quiere viajar menos en transporte público, como el trenet, por la covid-19 y prefiere sus propios vehículos... pero es que el trenet también iba lleno», asegura. Precisamente esa afluencia masiva de vehículos provocó un accidente sin heridos. Un automóvil había estacionado de un modo que impedía el paso al trenet. Al maniobrar para dejar espacio, perdió el contacto con el suelo y quedó suspendido en el aire por detrás. Una grúa tuvo que retirarlo.
